El asesinato de René Martínez
El asesinato del dirigente de la comunidad gay de San Pedro Sula, René Martínez, pone nuevamente a Honduras en entredicho ante la sociedad internacional en dos temas sensibles, la situación de la comunidad LGTB y los derechos humanos.
El líder hondureño desapareció desde el pasado miércoles y dos días después su cuerpo, que presentaba signos de tortura, fue identificado por familiares en la morgue del Ministerio Público, lo que ha generado el repudio y la condena de la Unión Europea y del gobierno de Estados Unidos, entre otros.
Las autoridades hondureñas no han dado aún pistas en torno al móvil del asesinato del dirigente, que coordinaba un programa de prevención de violencia financiado por Estados Unidos en Chamelecón, por lo que prevalece el criterio de que se trata de un acto de violencia homófoba.
La comunidad internacional ha exigido que se esclarezca este crimen y se ponga ante la justicia a sus autores. El peor mensaje que se puede enviar es el de la impunidad, que alienta la corrupción, la delincuencia y el asesinato, entre otros males que nos aquejan.
Como bien lo dijo el representante especial para los derechos humanos de la Unión Europea, Stavros Lambrinidis, “la única vía para poner fin a la violencia es luchar efectivamente contra la impunidad”.
La muerte del defensor de los derechos humanos ocurre tres meses después del asesinato de la ambientalista Bertha Cáceres en el occidente de Honduras, también fuertemente condenado dentro y fuera de nuestro país, y cuya investigación continúa en proceso.
En los últimos siete años fueron asesinados en Honduras al menos 200 miembros de la comunidad lésbico gay, según organizaciones pro defensa de las personas LGTB, un vergonzoso antecedente que ubica a nuestro país entre los más peligrosos para este segmento de la población que en otras latitudes ha logrado significativos avances en el reconocimiento pleno de sus derechos.
Pero que en Honduras sigue siendo víctima del irrespeto y la violación del más elemental de los derechos, el de la vida