ContrapoSiCión Economía y medio ambiente, prioridad nacional
con todo. Esta lógica pone en peligro la sostenibilidad ambiental poniendo en riesgo las generaciones venideras.
Buscar la sostenibilidad que no ponga en peligro la supervivencia de las generaciones futuras implica también procurar la regeneración de la naturaleza, lo cual solo puede lograrse “reproduciéndola” como reproducción de la vida. Todo se cuantifica, hasta en los indicadores económicos más importantes como el PIB todo se ve como crecimiento físico sin considerar la visión cualitativa que implica el ser humano y la sociedad. Los estilos de vida y patrones de consumo aparejado a la transnacionalización de las economías es lo que está destruyendo la naturaleza. Hoy en día a todo se pone precio, por eso se planea la obsolescencia tem- prana de los bienes en función de la ganancia, con esta racionalidad se destruye más rápido la naturaleza porque es de ella de donde se extrae la materia prima para producir tales bienes. Si en el pasado un vehículo o un electrodoméstico duraban hasta 25 o 30 años, hoy se sustituye por otro a los siete o 10 años porque su vida útil se ha reducido, también así se destruye más rápido la vida porque dependemos de la naturaleza para vivir. Este uso y abuso de los recursos naturales es lo que está socavando las bases de nuestra existencia. No olvidemos que las principales fuentes que generan riqueza son el ser humano y la naturaleza.
El mundo transnacionalizado absolutiza la tecnología y al mercado, cuando esto sucede los fines quedan opacados por los medios. La tecnología solo es un medio, pero hoy se le ve como un fin en sí misma, al ser humano se le reduce a la condición de “objeto” que puede sufrir toda clase de caanimales lamidades. Solo en la medida que la tecnología se ponga al servicio de la humanidad y el dinero deje de imponerse, entonces el ser humano tomará la primacía como sujeto. En la medida que se lucha por la vida, el ser humano se reafirma como sujeto.
Siempre hay alternativas, siempre hay por qué luchar desde el lugar que nos corresponde: desde la sociedad civil, desde las fuerzas ambientalistas, desde la academia, desde el gobierno y el sector privado todos somos responsables de todos. De lo contrario, nos morimos todos.
Otro problema al que hay que ponerle atención es al uso de los transgénicos y los agroquímicos, porque tienen efecto en las personas al causarle enfermedades en la piel, también intoxican a personas, y a la misma flora de manera directa e indirecta por el consumo del agua contaminada. Estos agroquímicos y gases tóxicos que expulsan no solo afecta a la gran propiedad de las grandes empresas que son las que más los usan, sino también la de sus colindantes y todo el entorno donde operan estas unidades productivas como efecto de la polinización natural que se da por medio de las corrientes de aire, del agua que fluye en la zona y la movilidad de las abejas, los pajarillos y otros insectos. Los cultivos transgénicos también perjudican los suelos y contribuyen a la desaparición de las semillas criollas u originarias de los pueblos. Apostar por una economía ecológica en oposición a la economía del cálculo de la utilidad es nuestro reto
Buscar la sostenibilidad que no ponga en peligro la supervivencia de las generaciones futuras implica también procurar la regeneración de la naturaleza”.