El Pozo merecen ciertos políticos
En Honduras un poderoso grupo de políticos plantea como “solución” a sus negocios electorales varias “reformas” (lotería) que al final resultan más de su provecho que para las frustradas mayorías de verlos siempre peleándose cargos burocráticos en lugar de meterlos de una vez en el pozo y anularles sus eternas codicias.
“Líderes” de varios institutos políticos están cacareando por más orgías. Exigen puestos públicos, sueldos y otras canonjías para entrarle de lleno al pastel llamado poder donde unos pretenden mantenerlo y, otros, volverlo a sorber. Para ellos (as) lo primario es su estómago y no la de ocho millones de compatriotas.
No debe inquietar ver y oír a pandilleros públicos lidiar la inclusión del voto electrónico, la segunda vuelta electoral, la financiación de campañas y, la más apetecida, reclutar más partidos para las jugosas plazas del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y otros gozos. Manuel Zelaya, de Libertad y Refundación, amenaza que si no hay chambas “cero elecciones”. ¡Bravo jefe!
Aunque casi todos alegan que el país está en ruina nadie busca sanear sus finanzas ni incautar lo robado por los corruptos. Parece que los podridos (es con ustedes) seguirán hablando solo de sus gangas para que nos les falte la tortilla ni la empanada en las butacas. ¿Reformas electorales para qué? Lógico, para seguir viendo a los mismos rateros jurando decoro.
Hablan de cambios si en los comicios de noviembre de 2013 cada voto para los partidos enanos nos costó a los hondureños casi 50
“Cuándo llegará el día en que los políticos hablen de temas torales para la agitada Honduras”.
mil lempiras con aspirantes que, a lo ladrón, no lograron ni cinco mil sufragios para la figura presidencial. Para qué quieren cambios electoreros si lo urgente es darles un correctivo que acabe con sus mañas.
Zelaya Rosales alega que Libre, por el chorro de votos obtenidos, se “ganó” cargos en varios entes contralores y fiscalizadores del Estado. Igual exige Salvador Nasralla, del Partido Anticorrupción (Pac). ¿Entonces? Lo que tienen es hambre igual que los demás. ¿Cuál democracia? ¿Cuál compromiso con la nación? Da rabia que ni licuándolos a todos saldría uno medio bueno