Que nació para ser mimo
Leonardo Montes de Oca supo que iba a dedicarse a la actuación cuando era un adolescente, y fue en México donde se formó en la pantomima. Actualmente es considerado uno de los mimos más importantes de Centroamérica. Su objetivo es actuar y compartir su co
“Ser mimo no solo es vestirse de rayado, maquillarse el rostro y hacerse el mudo, es más que eso... Es una técnica, un trabajo corporal por medio del cual se expresan sentimientos, este es mi lenguaje corporal”, dijo Leonardo Montes de Oca, el hondureño que es considerado el mimo más importante de Centroamérica. Nació un 12 de mayo de 1955 y creció en una familia de artistas, pese a eso en un principio odiaba el arte, pero estaba predestinado a ser un experto de la pantomima.
Cuando tenía 15 años una mujer que le doblaba la edad lo introdujo al mundo del teatro,aunque su
interés era pasional, no actoral. Una vez involucrado en el teatroparticipóenvariasobras, y a finales de los 70, Montes de Oca viajó con el Grupo Teatral TestimonioaCuliacán,México, paraparticiparensuprimerfestival. Ese hecho le dio un vuelco a su vida, y al finalizar el encuentro se quedó en el país azteca con 25 pesos en el bolsillo y el deseo de apren- der. Se matriculó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para estudiar la Licenciatura en Arte Dramático. Uno de sus docentes fue el gran Frederik Vanmelle, con quien conoció el arte de la pantomima. En el lapso de cinco años, Montes de Oca se formó bajo una estricta disciplina de seis horas de entrenamiento diarias, recibió su título y regresó a
Honduras para impulsar esa rama del arte en todo el país. “No soy egoísta, yo no nací para morirme con lo que aprendí”, dijo el artista, quien además encuentra en el mimo una forma de expresar su descontento ante las injusticias que ocurren en el país. A sus 61 años imparte talleres de pantomima en diferentes departamentos de Honduras, también se ha dedicado a la actuación y ha participado en 18 cortos y en largometrajes como “El paletero”.
Su legado no se acaba, sus cuatro hijos también son artistas y continúan impulsando la tradición: Agalta hace teatro y pantomima, Maraita se dedica a la pintura, Liure estudia en la EscueladePantomimadeNicaragua y Stephanie vive en Nicaragua y es guionista
“No nací para morir con lo que aprendí”.