Atienden 200 denuncias por abuso de menores en Danlí
En las oficinas de la Consejería de Familia del municipio en la actualidad se da tratamiento a unos 50 menores que fueron abusados en 2016
Los delitos en contra de los menores del departamento de El Paraíso han ido en ascenso en los últimos años, según autoridades de derechos humanos.
Zaira Zúniga, comisionada de los Derechos Humanos, informó que los niños son el mayor número de víctimas en los grupos vulnerados.
La incidencia de niños abusados sexual y físicamente es elevada en el departamento y el municipio, de acuerdo con los reportes de denuncias, en las principales ciudades.
“La mayoría de las denuncias son de maltratos por transgresión, por la paternidad irresponsable y de igual manera por abuso sexual”, dijo Zúniga. Las denuncias llegan en su mayoría del área urbana, según la entrevistada, debido a la cultura de exponer ante las autoridades los abusos en contra de los niños por parte de las familias.
En el caso de las aldeas y caseríos, los niños aún son temerosos y aunque estén siendo víctimas de abusos no exponen lo que les está pasando, de acuerdo con la comisionada.
Las edades de los niños que han sido víctimas de abuso sexual en la región oriental se dan entre 4 y 12 años.
En 2016, hubo un registro de 200 denuncias por abuso a niños en la entidad de derechos humanos, ubicada en la ciudad de Danlí. “Esto es alarmante porque se daña la vida de los niños, es un delito que les marca hasta su etapa adulta y que hay casos aún no denunciados”, concluyó.
Familiares, principales victimarios
Senovia Matamoros, encar-
gada de la Consejería de Familia, de la Región Sanitaria Número Siete, manifestó que los menores que atienden en la institución son remitidos desde la Fiscalía o los médicos. Según Matamoros, el abuso emocional al igual es elevado, el cual es catalogado como de mayor reporte, seguido del abuso sexual.
En la institución a cargo de la entrevistada atienden un grupo de entre 50 a 60 pequeños que han sido víctimas de delitos por abuso.
Los agresores por lo general son padrastros, padres biológicos, primos, allegados a la casa, hermanos y abuelos. “Los menores ante el abuso que han recibido se muestran retraídos, sienten pena, no quieren asistir a clases, son niños inseguros y callados. Son menores que le tienen miedo a todo”, agregó