Letras con fiLo Los retos en educación
una nación. Las heterogeneidades de la economía hondureña se expresan en contrastes tecnológicos, profundas diferencias entre la vida rural y urbana, bajos niveles de producción y productividad y, en general, condiciones de vida deprimentes para la mayoría de la población.
¿Cómo se expresan esas complejidades en nuestro sistema educativo? El resultado de todo lo anterior es la existencia de una educación que algunos han dado en calificar como un sistema formativo “hecho pedazos”, cuya manifestación más significativa es la desvinculación entre los diferentes niveles de la enseñanza, falta de acuerdos entre las enseñanzas de carácter privado y público, además de la ausencia de planes y programas de estudio vinculados con la actividad laboral de los educandos.
Con raras excepciones, los que han rectorado la educación en los niveles básicos no hicieron esfuerzos por superar los problemas que la lógica de nuestro atraso indicaba, arrastrados por la idea de medir rendimiento a partir de la cantidad y no de la calidad, y movidos por la improvisación aprobaban, más que reformas a todo el sistema, acciones aisladas e inconsultas. Es lo que pasó en la anterior administración de la Secretaría de Educación que presidía el doctor Marlon Escoto, que aprobó un sistema de evaluación que bajó ostensiblemente la calidad educativa, especialmente en el sector público, ahí tenemos las pruebas que realiza la UNAH para el ingreso a esa institución, los estudiantes egresados de secundaria de las instituciones públicas tienen una puntuación inferior a los centros de enseñanza del sector privado, además, estas pruebas han ido midiendo los resultados negativos que se han venido dando en los últimos años en el sistema.
Bajo la idea populista de que “lo más importante no es la nota, sino el aprendizaje del alumno”, se aprobó un sistema evaluativo pensando que por sí solo iba a resolver los problemas de la calidad de la enseñanza del país y al final lo que se logró fue una aprobación masiva con bajos estándares en el nivel de conocimiento.
Esperamos que con la llega- da de la nueva titular a la Secretaría de Educación, doctora Rutilia Calderón, se haga una revisión no solo del sistema de evaluación del estudiante, sino que también del sistema de evaluación del docente. En este último caso se aprobó en el pasado una modalidad de evaluar utilizando tecnologías de la educación para todos los docentes, ignorando que en algunos lugares del país no se cuenta ni siquiera con la elemental energía eléctrica.
Se necesita un sistema de evaluación que articule los distintos niveles educativos, además, que todos los agentes del sistema asuman la evaluación como un proceso que se retroalimenta, cuya finalidad debe ser el perfeccionamiento de la calidad
Con raras excepciones, los que han rectorado la educación en los niveles básicos no hicieron esfuerzos por superar los problemas que la lógica de nuestro atraso indicaba”.