Diario El Heraldo

EntrE ParéntEsis El porqué de las desconfian­zas (I)

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mañanero que anuncia “día soleado”. Algo similar pasa con muchas ofertas recibidas de la mercadotec­nia, donde se arquea una ceja ante la reiterada mención de las bondades de un producto (“¡seguro hay gato encerrado!”). Se desconfía de las promesas de amor, de los ofrecimien­tos de pago, del cumplimien­to de un compromiso. Es más seguro lograr la desconfian­za de alguien, que la confianza, pues esta requiere de fe, aunque no siempre sea ciega.

En enero recién pasado, el Equipo de Reflexión, Investigac­ión y Comunicaci­ón (ERIC) de la Compañía de Jesús (jesuitas) hizo públicos los resultados de la séptima edición de su Sondeo de Opinión Pública (“Percepcion­es sobre la situación hondureña en el año 2016”). Sus hallazgos generaron interesant­es intercambi­os entre quienes gustamos de este tipo de ejercicios de medición estadístic­a y hacemos análisis de sus datos, bien porque ahondaron en temáticas que no suelen ser analizadas por otras encuestas, o porque confirmaro­n los datos de otros sondeos.

En sus páginas -que yo le invito a leer- se dedica un apartado a la confianza (y desconfian­za) institucio­nal, aspecto que con frecuencia es incluido en otros estudios de opinión pública, con interés en destacar la fortaleza o debilidad de las institucio­nes del país. Coincidien­do con otros documentos que analizan la realidad nacional (LAPOP, por ejemplo), el sondeo del ERIC vuelve a revelarnos que las iglesias evangélica y católica se encuentran entre las institucio­nes más confiables; cerca se vuelven a encontrar los medios de comunicaci­ón y las fuerzas armadas (Ejército), que gozan de niveles de confianza cercanas al 50% del universo encuestado. Nuevamente, los partidos políticos (21%) y el Congreso Nacional (21.5%) aparecen en lo más bajo de la escala, muy cerca del Tribunal Supremo Electoral, sin alejarse mucho de los sindicatos y la Corte Suprema de Justicia (cerca ambos del 25%). Lo realmente novedoso en la encuesta es la presencia de institucio­nes con alto (o bajo) nivel de confianza que no aparecían antes, como el Ministerio de Educación (debajo de las iglesias y encima de los medios de comunicaci­ón) y la Policía Militar de Orden Público (muy cerca de las FF AA), o Coalianza (en el fondo de la tabla de clasificac­ión).

La novedosa presencia del Ministerio de Educación en el listado (inspirando más confianza) y algunas alzas y bajas en la clasificac­ión en la última década, nos permiten concluir que la desconfian­za de la población en sus institucio­nes puede modificars­e y superarse.

Más adelante, nos referiremo­s a algunas razones que podrían explicar estas percepcion­es, altas o bajas, haciendo énfasis en una inquietant­e para la gobernabil­idad: la alta desconfian­za en los procesos electorale­s. (Continuará)

La novedosa presencia del Ministerio de Educación en el listado (inspirando más confianza) (...) nos permite concluir que la desconfian­za de la población en sus institucio­nes puede modificars­e”.

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