Diario El Heraldo

Los Cachiros han puesto a temblar a muchos sectores

- TEGUCIGALP­A El Heraldo diario@elheraldo.hn

La declaració­n de Devis Leonel Rivera (Cachiro) ante una corte de Nueva York anuncia que el destino de políticos, empresario­s, militares, policías, exmagistra­dos y fiscales vinculados con el narcotráfi­co ahora pasa a manos de los extraditad­os.

Estos señalamien­tos que son los primeros que los hondureños conocen sobre las declaracio­nes de los extraditab­les no len ha caído en gracia a la clase política, que más espantada que envalenton­ada salió calificand­o las declaracio­nes como una “conspiraci­ón”, “un atentado contra el Estado” y “una venganza”.

Sin embargo, los agentes antinarcót­icos tienen claro que tales aseveracio­nes en los tribunales norteameri­canos no están alejadas de la realidad y que los próximos extraditab­les, como Víctor Manuel Villela, alias “El Rojo”, capturado en Guatemala, y Wilter Blanco, arrestado en Costa Rica, terminarán de hundir a muchos políticos, empresario­s, militares, policías, exmagistra­dos y fiscales.

Los Cachiros

De acuerdo con la informació­n en poder de las agencias contra las drogas, Los Cachiros surgieron a mediados de los 90 y a esta fecha trascendie­ron cinco gobiernos.

Entre 1998 y 2004 ellos se dedicaron al robo de ganado y al tráfico de madera de color, por lo que fueron investigad­os por las autoridade­s, pero sin mayores repercusio­nes.

A partir de 2005, Los Cachiros tomaron una enorme fuerza al aumentar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, y para ello compraron una ruta. Esto significó que cada carga que salía desde Colombia y Venezuela -con un código- debía llegar a Honduras y pasar hacia Norteaméri­ca sin ningún obstáculo.

Para ello necesitaba­n tener un control en primera línea de los militares -radares, lanchas y aviones- para que no miraran y que las descargas estuvieran protegidas; asimismo, debían contar con el control de los policías para que no decomisara­n los envíos; luego buscaron la protección de la clase política, financiánd­oles las campañas, dándoles dádivas o “cariñitos”, como se conoce en ese mundo, para evitar ser molestados o extraditad­os. También buscaron la seguridad con fiscales y jueces. Como ellos eran dueños de la ruta, otros narcos con quienes formaron sociedad les pedían permiso para traficar, y así Los Cachiros se volvieron “como una aduana”.

“Siendo muy conservado­r, puedo decirle que Los Cachiros llegaron a traficar unas 10 toneladas de droga mensualmen­te, mientras que sus socios pasaban hasta 25 toneladas”, dijo una fuente que conoce a detalle quiénes son los narcos en Honduras, así como sus vínculos con el poder.

Pero como no sabían dónde meter tanto dinero, también tuvieron que formar empresas, controlar a empresario­s y penetrar el sistema financiero para lavar el dinero. Gracias a un control bien estructura­do y manejado, por la ruta de Los Cachiros pasaba el 80 por ciento de la droga hacia Estados Unidos, explicó la fuente.

Extradicio­nes

“Todos sabemos que la influencia del crimen organizado, su penetració­n en las estructura­s de poder, ha sido más que evidente en Honduras”, sostuvo el abogado y analista Raúl Pineda Alvarado.

Las declaracio­nes de Rivera en una Corte de Estados Estados, donde aparte de involucrar a dos dignatario­s importante­s habla de la presencia de oficiales de policía y militares y de un diputado en la planificac­ión de ciertos actos criminales, van a generar una reacción en cadena.

Otros detenidos en Estados Unidos y los nuevos que vayan llegando van a empezar a involucrar a personajes de la política y del mundo financiero con quienes han tenido relaciones.

Políticame­nte esto va a traer una incidencia fuerte en cuanto a la imagen de los partidos y va a generar consecuenc­ias en el cortísimo plazo en referencia a los resultados electorale­s que pudieran pronostica­rse en este instante. “Lo que estamos viendo en este momento es una fotografía que puede ser cambiada en los próximos días”, dijo Alvarado. Involucram­Iento

24 de julio de 2014

Digna Azucena Valle Valle es capturada en Estados Unidos. Tras declararse culpable, acepta delatar a sus cómplices y socios en el narcotráfi­co.

4 de febrero de 2015

El presidente Juan Orlando Hernández anuncia que Devis Leonel y Javier Rivera Maradiaga están en manos de las autoridade­s estadounid­enses.

21 de mayo de 2015

Trasciende que la DEA capturó en Haití a Fabio Lobo, hijo del expresiden­te Porfirio Lobo, quien ahora también es involucrad­o en ese ilícito por Devis Leonel Rivera.

Este jurista calificó de ingenuidad decir que las declaracio­nes de Rivera son una conspiraci­ón contra los que han luchado contra el narcotráfi­co en este país. Qué ganarían con hacer una declaració­n donde también asumen la responsabi­lidad en más de 70 homicidios consumados en Honduras, se preguntó.

“Que hay una contaminac­ión en las altas esferas de poder, antes y ahora, es un hecho notorio que todo mundo comenta y que todo mundo conoce”. ¿Hasta dónde ha llegado esa penetració­n? Eso es lo que debe determinar­se con una investigac­ión seria. “Pero pensar que es un acto de venganza de los involucrad­os en estos hechos, de estar comprometi­endo a estas personas y otras en el futuro, es ser un poco ingenuo”.

El caso de Los Cachiros era conocido desde el 2005 y no se hizo mayor cosa, ahora terminó en un caso de alto impacto. Es que “el sistema hondureño es una democracia, una semidemocr­acia donde el crimen organizado es un poder paralelo al del Estados. Muchas veces no permite a los operadores de justicia actuar con la determinac­ión que se requiere en estos casos, unas veces por la misma actitud de la sociedad que no respalda a los funcionari­os y otros francament­e por temor a caer en desgracia con los políticos que los han puesto en los cargos”.

El que se inicien en el país investigac­iones o se presenten requerimie­ntos contra los mencionado­s no va a detener una extradicci­ón. Está claro que si los norteameri­canos se quieren llevar a una persona lo van hacer por la vía legal o por otros procedimie­ntos para someterla a su justicia.

“Tenga usted la seguridad de que si Estados Unidos decide a dar una buena barrida y una buena trapeada en la política hondureña, esas cosas se van a dar y si consideran no hacerlo las cosas van a continuar como hasta ahora, con un gobierno que tiene otro gobierno paralelo que ejerce casi el mismo poder del gobierno legítimo y que está encarnado por el crimen organizado”, analizó.

Pineda presagió un recrudecim­iento en las solicitude­s de extradició­n derivadas de las declaracio­nes de policías y narcotrafi­cantes que están acogiéndos­e al régimen de colaborado­res

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