Trump corteja a sus exrivales republicanos
Estrategia El presidente de Estados Unidos trata de encontrar apoyo en los rivales que tuvo en la campaña, la idea es que ellos puedan influir en los senadores y gobernadores para llevar a cabo sus promesas electorales
Después de pasarse meses reviviendo las brutales primarias del Partido Republicano y vanagloriándose de su victoria, el presidente Donald Trump lanzó calladamente una ofensiva para tratar de conseguir el apoyo de sus viejos rivales.
Su más reciente objetivo es el senador Ted Cruz, quien ha dicho que tiene serias dudas sobre el plan de salud que promueve Trump. El mandatario y su esposa ofrecieron una cena a Cruz, su esposa Heidi y sus dos hijas el miércoles, un día después de que Trump almorzó con el senador Lindsay Graham, otro rival. Trump también se ha visto con el senador Marco Rubio, llevándolo a la Florida en el avión presidencial la semana pasada y recibiéndolo junto a su esposa en una cena en la Casa Blanca. Además se encontró con el gobernador de Ohio, John Kasich y en el Día de los Enamorados comió con el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie y su esposa. Tuvo asimismo un almuerzo de trabajo con el gobernador de Wisconsin, Scott Walker. Todos fueron contrincante suyos en las primarias.
Estos encuentros se suceden mientras Trump sigue lanzando acusaciones no sustentadas hacia su predecesor Barack Obama, distanciando a alguien que podría ayudarlo con sus consejos a sacar adelante su programa legislativo, para lo cual necesitará cuanto aliado pueda encontrar. Por eso Trump comenzó a cortejar a gente como Cruz y el senador Rand Paul, con quienes se dijeron cosas muy fuertes, y habló con ellos varias veces desde que asumió la presidencia. Para conseguir el apoyo de estos dirigentes, Trump debe limar las asperezas surgidas en las primarias. Durante la campaña electoral Trump no solo la emprendió contra Cruz, a quien apodó “Ted el mentiroso”, cuestionando su fe e insinuando que su padre puede haber estado involucrado en el asesinato de John F. Kennedy. También le disparó a su esposa tuiteando fotos poco favorables de ella y amenazando con “contarlo todo” sobre ella.
Cruz respondió diciendo que Trump era un “cobarde llorón” y describiéndolo como un “mentiroso patológico”, “totalmente amoral”. El senador de Texas no le brindó su apoyo a Trump en la convención republicana.
La portavoz Sarah Huckabee Sanders destacó que Trump se ha estado reuniendo con una persona tras otra en un esfuerzo por lograr la aprobación del proyecto sobre la cobertura médica. “Creo que ha estado en contacto con la mayoría de los legisladores”, indicó.
Cruz, quien se reunió con Trump una semana después de las elecciones, parece dispuesto a olvidar el pasado.
“Es básicamente una función social, pero estoy seguro de que se hablará de la anulación del ‘Obamacare’ (plan de salud de Obama), y tengo muchas preocupaciones en torno al proyecto elaborado por la Cámara de Representantes” que impulsa Trump, dijo Cruz. En el pasado Trump se ha maravillado ante la capacidad que tienen los políticos de olvidar afrentas. Hasta Graham, uno de los críticos más feroces de Trump durante las primarias, parece dispuesto a dejar atrás el pasado. “¿Qué tan buena fue la reunión? Le di mi nuevo número de teléfono”, dijo Graham en un tuit. Trump busca de alguna forma unir a los republicanos desde la Casa Blanca