Uso indebido del poder
Aceptar un cargo público es una tarea al servicio de los ciudadanos que van a las urnas con la esperanza de que su voto se traduzca en un futuro mejor para él y su familia porque el presente no le ha sido favorable. Ya estamos cansados de ver a los funcionarios que, al llegar a ocupar un puesto en las instituciones estatales, pueden hacer y deshacer creyendo que tienen un cheque en blanco con el dinero del pueblo; se les olvida que son servidores de los ciudadanos que pagan sus impuestos, con ello les pagan y es incomprensible porque cuando estos buscan que los atiendan lo hacen muy mal.
Pero resulta que llegan a una institución y en ejercicio de sus funciones se aprovechan en beneficio personal de las debilidades del sistema y desarrollan actividades fuera de la ley -hasta se buscan socios en tales actividades-, es decir, se sobrepasan en el ejercicio de sus funciones públicas y hacen uso indebido del poder.
Como hondureños tenemos muchos ejemplos que forman parte de los cuentos y leyendas como la venta de terrenos al Estado a precio descomunal, el arrendamiento de casas o edificios para las instituciones públicas, pasar la calle pavimentada por la casa del político, darle trabajo a los hijos de los activistas sin los méritos suficientes más que haber trabajado en la campaña, usar el dinero del narcotráfico en las campañas políticas y el famoso porcentaje que les pagan a algunos funcionarios corruptos para que el Estado les compre a sus empresas. Esto último está bien explicado con los testigos
"Aceptar o permitir este abuso de poder de los que nos gobiernan es el inicio de la corrupción"
que se están declarando en la corte de Nueva York.
Aceptar o permitir este abuso de poder de los que nos gobiernan es el inicio de la corrupción de los políticos que se han acostumbrado a armar redes ilícitas, creyendo que a este país tan pobre lo pueden exprimir hasta sacarle la última gota y que no les va a pasar nada porque la justicia está a su servicio.
A esta altura del partido no se vale que digan “así lo quiero, así lo mando, así lo haré y el objeto de esto es mi voluntad”, deben ser investigados y someterlos al imperio de la ley