Crimen de estudiantes
La historia, casi siempre, es que su muerte se debió a pleito de bandas rivales. Que andaba en malos pasos. Que vendía droga. Muy rara vez, casi nunca, que el asesino fue identificado, capturado y puesto a la orden de los tribunales.
La muerte violenta de dos estudiantes de 16 y 20 años del Instituto Héctor Pineda Ugarte en la colonia Hato de Enmedio de la capital, tiroteados la tarde del lunes, es el caso más reciente de una cadena de hechos criminales contra alumnos de centros de enseñanza.
La mayoría de las víctimas pertenecían, además del Pineda Ugarte, al Saúl Zelaya Jiménez, institutos que así como el Central Vicente Cáceres se encuentran en zozobra por las pandillas, sobre todo a partir de 2016, cuando se presentó una desbandada de colegiales por razones de la inseguridad.
En lo que va de 2017, al menos 15 estudiantes han sido asesinados en Tegucigalpa y San Pedro Sula, sin que las autoridades hayan pasado de repetir lo mismo, que se trata de un asunto de maras o pandillas. Como si la sociedad, ante las supuestas circunstancias que rodean estos crímenes, debiera aceptarlos con naturalidad, como si no fuésemos un país de leyes. Y decimos supuestas porque las deficiencias en investigación dejan muchas dudas en torno a estos casos que debieran ser totalmente esclarecidos.
Resolver un crimen implica, fundamentalmente, descubrir el móvil y al hechor, para que no quede impune y para sacar las lecciones que nos ayuden como sociedad a que no se repita, o a que cada vez se repita menos.
Las investigaciones sobre la muerte de los estudiantes del Pineda Ugarte parecen señalar el mismo móvil de tantos otros crímenes, el que ya nos sabemos de memoria. Pero las autoridades están obligadas a dar más respuestas a la familia, a los compañeros, maestros y a la comunidad en general, que esperan que se haga justicia en este caso y en los otros que siguen en la impunidad.
La lista de crímenes sin resolver, y por ende de ausencia de justicia, es demasiado larga como para decir que la Policía y la Fiscalía están haciendo bien su trabajo