Presidente pide otra vez regular abusos en tarjetas
Reformas El dictamen estaría listo esta semana, anunciaron diputados. El presidente vuelve a insistir en la aprobación
El presidente de la República, Juan Orlando Hernández, volvió a solicitar ayer a los diputados del Congreso Nacional que sometan a discusión las reformas a la Ley de Tarjetas de Crédito.
“Nuevamente hago extensiva mi petición al CN de atender el clamor del pueblo hondureño, reestructurando el sistema de tarjetas de crédito”, pidió Hernández.
Al respecto, el presidente de la comisión dictaminadora, Francisco Rivera, dijo que el dictamen de ley está listo, pero aún falta llegar a consensos para lograr un acuerdo entre las partes respecto a la tasa promedio mensual. “Esperamos tener firmado esta semana el dictamen; las reformas a la ley van a decir que este es el techo máximo que puede cobrar un banco emisor de tarjetas de crédito”.
“No queremos crear un caos ni una anarquía en el sistema financiero, pero hay que reconocer que hay bancos tarjeteros que son usureros y vamos a ponerles un alto”, agregó Rivera.
Indicó que los representantes de la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias (Ahiba) han venido solicitando plazos, argumentando que la iniciativa que envió el Poder Ejecutivo no coincide con lo que fue acordado en un principio.
“Esto no es un juego, chantaje, no nos dejamos extorsionar y estamos defendiendo los intereses del pueblo”, enfatizó Rivera ante los señalamientos de negociaciones que se podrían dar por debajo de la mesa.
De la junta directiva del CN dependerá agendar el dictamen de estas reformas para que sea discutido en la cámara legislativa en los próximos días, concluyó el congresista.
La iniciativa va orientada a bajar en 25% la tasa promedio de las tarjetas, que actualmente está 69.90%.
También se eliminarán cargos por rehabilitación de la línea de crédito y otros costo adicionales que aplican las emisoras de tarjetas
“Las tarjetas de crédito son útiles para el pueblo, sin embargo, debe ser un sistema justo, no solo pensando en beneficio de una parte. Un sistema injusto esclaviza al pueblo con intereses groseros que ahogan con la deuda su sueño de optar a una vivienda”.