Desobediencia e ingobernabilidad
La situación política y económica en Venezuela se deteriora con el paso de los días y pese a la abierta represión oficial que pretende acallar las protestas multitudinarias y policlasistas, la ciudadanía no se amedrenta aun cuando el número de muertos excede la treintena.
El detonante para esta mas reciente ola de descontento lo provocó el régimen de Maduro al ordenar al Poder Judicial que asumiera las funciones exclusivas del Legislativo, que cuenta con mayoría opositora, lo que de hecho y de derecho significa un golpe de Estado técnico. Entretanto las condiciones de vida empeoran con el desabastecimiento de medicamentos y alimentos, causante de cotidianas defunciones. Ya más de un millón de venezolanos han optado por emigrar hacia otras naciones, cercanas y lejanas, en búsqueda de empleo, sustento, paz y libertad.
Es evidente que el actual gobierno ya no posee opciones válidas, legal y moralmente, por lo cual arrecia la violencia representada por el Ejército y milicias armadas, como única respuesta al descontento social.
La más reciente propuesta de Maduro, consistente en convocar a una Asamblea Constituyente, ha encontrado el rechazo de venezolanos y de la comunidad internacional, que correctamente la interpreta como un intento por impedir la celebración de elecciones presidenciales libres, confiables y transparentes.
Desde sus inicios el régimen de Chávez y Maduro se ha caracterizado por la corrupción, ineptitud, demagogia, improvisación, males que se profundizan actualmente con la dramática caída de los precios de su único producto exportador: el petróleo. Al declarar su retiro de la OEA, el gobierno actual se aísla cada vez más, en tanto arrecian las demandas de la mayoría de países americanos para que se libere a los presos políticos y se cese la brutal represión.
Incluso la Conferencia Episcopal Venezolana criticó “la concentración de los poderes públicos en manos de un solo poder... La protesta cívica y pacífica no es un delito. ¡Es un derecho¡ Su control no puede ser una represión desmedida