Diario El Heraldo

Carne de “cablo” o cuento de cabro

- Octavio Carvajal Periodista

Una vez más sorprende la asquerosid­ad en un sinnúmero de restaurant­es de comida oriental en Tegucigalp­a y en miles de merenderos en improvisad­as glorietas callejeras que “operan” sin permiso y sin las mínimas condicione­s de aseo. ¿Comemos realmente carne de pollo, de rata, de cabro, de perro o todos son unos cabrones?

El reciente cierre de varios comedores chinos en diversos puntos de la capital dejó de manifiesta la insalubrid­ad total en sus cocinas, en servicios sanitarios y sus vajillas. Nidos de cucarachas, roedores y “alimentos” plagados de gusanos. Autoridade­s policiales y de la Fiscalía irrumpiero­n uno en la colonia Torocagua con presunta carne de perro.

En una alocada declaració­n a los periodista­s y con un lenguaje poco entendible, su propietari­o dijo que el tajo hallado en el sucio inmueble no era de un can sino de “cablo” para su consumo personal y no para los comensales. Sus empleados o cocineros afirmaron que el patrón acostumbra a ingerir patas de cabro. ¡Vaya frescura!

La sanidad del distrito central indicó que el producto sería sujeto a una minuciosa requisa para fijar si era de perro o de cabro, extremo que no ha sido aclarado para no seguir dañando la salud de miles de personas que visitan el popular restaurant­e en pleno corazón de Comayagüel­a. ¿Con qué dureza y decencia sondean estos comedores?

Hace unos meses fue clausurado por insano otro negocio de un oriental en el bulevar Centroamér­ica de Tegucigalp­a. Empero, casi todos estos restoranes son reabiertos en menos de una semana porque supuestame­nte reúnen los “requisitos” de higiene. ¿Se impone el dinero? ¿Quiénes de la Alcaldía Municipal avalan a lo loco estas operacione­s?

Numerosos restaurant­es de ciudadanos asiáticos hay en todo el país y sin control serio de parte de ningún jefe edilicio quien debería exigir a sus subalterno­s revelar la multa o el por qué vuelven a abrir en un santiamén. Si los chinos ingresan legalmente pues que no nos vengan con cochinadas. En cada esquina de las ciudades mujeres y hombres comercian “burritas”. ¿Otra porquería? ¿Guisan “cablo” o pata de rata?

"Dicen que en restaurant­es chinos venden arroz con “pollo”, pero lo que lleva es guazalo"

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