Honestidad Para querer a nuestra Honduras
y saben quiénes fueron y son los corruptos, callan, porque están inmersos en la vorágine corrupta que no esconden pero niegan. Solidarios.
En Honduras, tristemente, todo se puede menos ser honesto. La justicia silencia para justificar, aplazar y olvidar su quehacer, puesto a la orden del poder de turno. ¿Cómo se justifican esos escándalos de corrupción con sendos señalamientos, tímidos requerimientos, retardados juicios sin contundencia ni sentencias? Sófocles (495 a. C.) sentenció: “Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo”. Las honduras de Honduras.
Nada aprendimos del reciente pasado, seguimos de “Mel” en peor, tocamos fondo y ni el pueblo espectador menos el gobierno especulador de esta depresión, reacciona para evitar peor desconcierto cívico, moral y social como nación cuasi civilizada. Desconocemos el laberinto donde autoridades y delincuentes circulan. Sin encontrarse.
Un gobierno honesto es un equipo competente para frenar la corrupción, denunciarla y hacerse garantes del buen uso de los fondos en beneficio de todos, porque “todos somos Honduras”, como dijo Lobo, el corrupto confeso que no debemos olvidar nunca por ser violador de la ley y promotor de la impunidad, que campea gozosa su comparsa corrupta. Prometieron austeridad y hay una flota de carros nuevos blindados para proteger pícaros. ¿Y la venta del exceso de los usados? Nos ratifican como pendejos, ¿Verdad? ¿Porqué no usar los recuperados por la OABI? Así no desentonan.
El que pasa de caite a zapato no sabe el costo de la suela. Si tuviéramos un gobierno serio no tendríamos un ministro de Defensa taimado tratando de justificar lo injustificable. Los señalados por narcos extraditados debieron ser separados para investigación. Por gemir hambre meten preso al miserable. El fiscal “premiado por eficaz” repite “llegaremos hasta las últimas consecuencias” y jamás muestran las evidencias. “Lo que es” la injusticia y “lo que son” los poderosos.
Lo primordial para ser un pueblo sano con verdadero Estado de leyes es respetar nuestro deber como gobernados y como gobernantes, cumpliéndolo a cabalidad para que jamás haya duda y que la verdad impere. Sin olvidar que “la política es a menudo el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios e injustos”.
Pronto tendremos otra campaña presidencial de ofensivo costo desconocido, será un destape incivilizado de irrealidades, desmoralizador por sucio y tupido hasta embrutecernos con farsantes, corruptos y payasos. Ojalá haya más de uno que sea diferente, que no se crea más de lo que vale ni desestime al pueblo que siempre ha sido engañado por noble y estoico, creyéndolo tonto.
Que tenga la mentira borrada de su mente, la verdad permanente en la palabra y a Dios en el corazón para querer a nuestra Honduras
Solo el gobernante que cumple la ley puede pedir a sus gobernados el respeto a la misma”.
“Prometieron austeridad y hay una flota de carros nuevos blindados para proteger pícaros”.