Violencia, patria e identidad
“En Honduras, en Honduras, noble cuna de Francisco Morazán…”, esta canción costumbrista que cantamos en la escuela primaria es interesante porque narra la belleza de nuestro país, nos invita a conocerla y a que cada hondureño se sienta parte y proyecte una imagen positiva. Bueno, es solo una canción, porque la realidad establece que hay otras tonadas como los testimonios del hondureño que desde el 2013 fue testigo protegido de la DEA para vincular en actividades de narcotráfico y crimen organizado a algunos prominentes actores políticos y autoridades de alto nivel. Además, UNODC establece que “en Honduras sí hay una clara conexión entre las áreas de tráfico en disputa y las tasas de homicidios. Algunas de las áreas más violentas del mundo se encuentran a lo largo de la costa hondureña”.
El control territorial que ejercen los grupos ilícitos, utilizando la violencia y el miedo, mantiene a las comunidades en situaciones que los territorios funcionan como hacienda personal para el tráfico de la droga, armas y trata de personas. El silencio que viven muchas familias que están siendo amenazadas, extorsionadas y agredidas hasta forzarlas a abandonar sus viviendas y pertenencias para no perder la vida.
El llanto y los gritos de las mujeres y niñas que padecen diariamente la violencia doméstica, ejercida por sus compañeros sentimentales, se vuelve un ciclo de: hoy te enamoro, mañana te maltrato y pasado me disculpo; sumado a la cultura que promueve y avala la violencia contra
"¿Qué buscan cuando demeritan o deslegitiman a líderes de oposición?"
las mujeres y que surge como resultado de las relaciones de poder que las colocan en una situación de sumisión.
Los discursos de los candidatos a cargos de elección popular son repetitivos, poco creíbles y alejados de la realidad. ¿Cuál es la imagen de país que quieren proyectar en el exterior? ¿Qué buscan cuando demeritan o deslegitiman a líderes de oposición o intentan influir sobre la opinión pública para persuadir a los votantes? Bueno, habrá que revivir a Rafael Manzanares para que componga una nueva canción sobre el uso del poder, identidad y amor a la patria