Actividad deja luto Pirotecnia mortal en México
El país todavía no ha olvidado el infierno en el que se convirtió el mercado de fuegos artificiales de San Pablito de Tultepec el 20 de diciembre del año pasado. Al menos 42 personas murieron y 70 resultaron heridas cuando la zona bullía de clientes y un cohete encendido desató un estallido en cadena.
El 15 de septiembre de 2005, cuando también se comerciaban grandes cantidades de artículos pirotécnicos por la fiesta de independencia, un incendio y varias explosiones consumieron el mercado en su totalidad. Al año siguiente, otra explosión destruyó más de 200 puestos dejando decenas de heridos. sionado”, comentó Carmen Rosas Tentle, mientras los paramédicos la atendían por heridas en una pierna. “El estruendo fue muy fuerte, hasta la luz se fue. Cuando salimos, todo estaba muy obscuro y ya todos gritaban en la casa”, dijo Baldomero Luna, quien perdió en la catástrofe a su cuñado y su sobrino. Entre los 22 heridos que también provocó el accidente hay en total tres niños “que se encuentran graves”, dijo a la prensa el jefe de la oficina
El presidente Enrique Peña Nieto extendió por Twitter sus “condolencias para los familiares y vecinos de quienes perdieron la vida en el trágico accidente”. El corporativo radiofónico Cinco Radio difundió en Twitter un video en el que un sacerdote reza con miembros de la comunidad, mientras que el periódico Síntesis difundió imágenes en las que se ve a lugareños que lloran, se abrazan y caminan entre los escombros de lo que fue una casa de bloques de hormigón. Los fuegos artificiales son un componente esencial de las festividades en México y las explosiones accidentales son relativamente comunes y a menudo tienen consecuencias fatales.
Desde la tragedia del 20 de diciembre que dejó 42 muertos en un mercado, han ocurrido al menos dos explosiones de materiales pirotécnicos que han dejado varios muertos en el país, una en una vivienda en Tultepec y otra en un taller de pirotecnia en Tlaxcala, estado vecino de Puebla. Puebla tiene normativas estrictas para la producción y venta de juegos pirotécnicos, pero a autoridades se les dificulta garantizar su cumplimiento