Hallan cementerio clandestino de maras en sector de El Lolo
Los propios pandilleros confesaron dónde enterraban a sus víctimas. en el lugar encuentran un cadáver, pero se presume que hay diez
En lo más alto de una montaña, en medio de árboles de roble y de espesa maleza fue descubierto un cementerio clandestino, en el que posiblemente habría más de diez cadáveres enterrados.
El hallazgo se dio al norte de la capital en una zona colindante con humildes viviendas de la aldea El Lolo, jurisdicción del Distrito Central.
Con la intención de que no fueran descubiertos por los entes de seguridad del Estado, los cuerpos fueron enterrados en el extraviado y solitario lugar presuntamente por integrantes de la pandilla 18, quienes tienen el control de ese sector cercano a la ciudad.
La localización se efectuó después de realizar diligencias investigativas y tras la captura de tres presuntos miembros de la estructura criminal pandilla 18, hecho registrado el martes 18 de julio, siempre en la aldea El Lolo.
Un cadáver hasta el momento
Agentes de la unidad especial de perfilación criminal de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) dieron con el paradero de las tumbas, algunas de ellas recién cavadas.
En la inspección preliminar se descubrió un cuerpo semienterrado que podría pertenecer a una fémina o a un menor de edad por el tipo de contextura del cadáver.
A simple vista y según la opinión de los detectives se pudo apreciar que en varios puntos del lugar la tierra ha sido removida sin haber ningún sembradío en particular y se cree que podrían haber más cuerpos sepultados.
Para corroborar si en el lugar del hallazgo del cadáver hay más restos humanos, un equipo de exhumación de Medicina Forense realizará este día excavaciones en el área demarcada.
La clave del descubrimiento
Las investigaciones en torno a este caso tomaron fuerza tras la detención de los tres presuntos pandilleros, quienes según la DPI eran los en- cargados de raptar a las víctimas, trasladarlas, lanzarlas en algún lugar de la ciudad o enterrar los cuerpos.
Al momento de la detención las autoridades policiales les incautaron un vehículo en el que los especialistas en el procesamiento de la escena del delito extrajeron elementos pilosos (cabellos humanos) a los sujetos.
Asimismo dentro del carro marca Nissan Sentra, con registro de taxi número 3148, se encontró ropa con manchas similares a la sangre, cinco pares de zapatos tipo tenis, varias cuerdas y una herramienta de construcción tipo piocha.
Además tenían en su posesión un chaleco antibalas, dos armas de fuego calibre 9 milímetros con su respectivo cargador y municiones para esta y otras armas de uso prohibido.
Los sospechosos responden a los nombres de Allan Steve Dilbert García (37), Joel Alfredo Ávila Montes (23) y un menor de 16 años de edad.
Los ahora imputados, miembros de la pandilla 18, podrían estar relacionados, según las averiguaciones, con las tumbas clandestinas encontradas en la aldea El Lolo