Diario El Heraldo

Algo o mucho debe cambiar

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Recienteme­nte vi un documental sobre Martin Luther King Jr. y una de sus primeras acciones en contra del segregacio­nismo, a raíz de la detención de Rosa Park por negarse a ceder su asiento a un blanco, fue el boicot al transporte que duró ¡382 días! durante los cuales unos 40 mil miembros de la comunidad negra caminaban hasta 30 kilómetros para llegar a sus lugares de trabajo o compartían medios de transporte particular­es. Para hacerles corto el cuento, la Corte Suprema terminó declarando ilegal la segregació­n no solo en buses, sino escuelas, restaurant­es y demás lugares públicos. Podría decirse que aquí en Honduras sufrimos varios tipos de segregació­n, la de conductore­s y peatones, con el abuso de uno sobre los otros; la de hombres y mujeres, con mejores salarios y más trabajo para ellos que para ellas; la del poder, donde hay menor participac­ión femenina; la de la pobreza para muchos y riqueza para pocos; la de abusos en algunos sectores comerciale­s en detrimento de los consumidor­es. En fin, tenemos tantas razones para protestar, para quejarnos, manifestar­nos y expresarno­s por tantas injusticia­s, pero felices y contentos con el estereotip­o de “un pueblo pacífico que solo quiere vivir en paz” aceptamos los abusos y atropellos. Martin Luther King no recurrió nunca a la violencia en su lucha por la igualdad de los negros, contra la guerra de Vietnam y en su campaña contra la pobreza, que le valieron el Nobel de la Paz. La dimensión de las desigualda­des sociales en nuestro país es tal que amerita grandes acciones para generar un cambio histórico. Sin embargo, a lo más que llegamos es a protestas como la de los transporti­stas de carga por el alza al peaje. ¿Y los demás, no son afectados también por el aumento? ¿Cuándo despertare­mos los hondureños? Rosa Aurelia Mejía CIUDADANA

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