DiSCULpEn Mi CaStELLano Cumbres borrascosas
expresidente de izquierda de Brasil fue encarcelado; igualmente el presidente actual de dicha nación llegaba a Lima bajo el mando de un presidente desprestigiado, cargando la cruz de un país calificado como un laberinto de redes de corrupción.
Pero, más allá de esa borrasca, este evento internacional fue una oportunidad para que los países de toda la región debatieran y adoptaran medidas concretas para enfrentar el delito en el marco del tema central de la Cumbre: democracia y corrupción.
Por ello, esta cumbre fue un reto grande, porque se jugaba la credibilidad del Estado y los valores democráticos, tan escaso en nuestro país, porque en ningún otro período de nuestra historia, nuestros sistemas democrá- ticos fueron tan visiblemente sacudidos por la borrasca de la magnánima corrupción de la región, con la estructura transnacional del esquema Odebrecht, que ha sido una modalidad de sui géneris corporativo.
La corrupción corporativa: este monstruo de mil cabezas, que arrasó a Honduras, con sus vulnerables sistemas operadores de justicia, destazó todo el sistema de salud, con el pasmoso y más sofisticado método de robo en la historia del capitalismo moderno.
Así ha sido incubada esta impunidad transnacional, que corrompe gobiernos de muchos países y los compra como si fueran corporaciones para administrar sus operaciones criminales.
A nuestra América borrascosa la han convertido en una organización sistemática con una estandarización de los métodos utilizados con un modus operandi que va de acuerdo con el contexto de cada país, el soborno a gran escala y su red de empresas ficticias con la complicidad de autoridades para extraer beneficios ilícitos en los diferentes territorios en los que desarrolla su actividad encaramada; es necesario destacar la inestable corrupción desmedida de los partidos políticos, que ellos representan este sistema que calza perfectamente para financiar campañas electorales, creando una superficie altamente vulnerable en todos nuestros países con sus frágiles democracias.
Las Américas tuvieron la oportunidad de debatir propuestas tangibles en compromisos de anticorrupción, ambiciosos y efectivos, para enfrentar con éxito esta calamidad que es una de las mayores amenazas contemporáneas en los regímenes democráticos.
Ojalá no haya sido desperdiciada esta Cumbre, para elaborar propuestas concretas de reformas y estrategias para los Estados participantes, conjuntamente con la sociedad civil, que presionaremos para que nuestras autoridades cumplan su papel en la lucha contra la corrupción.
Aspiramos ver una América fuerte y decidida a cambiar el rostro impúdico de la corrupción, frente al futuro que viene encima, como un viento implacable, que borró aquella escritora, tan querida por todos: Emily Brontë, que escribió otras “Cumbres borrascosas”, menos que estas, avergonzadas de corrupción
En ningún otro período de nuestra historia, nuestros sistemas democráticos fueron tan visiblemente sacudidos por la borrasca de la magnánima corrupción de la región”.