Justicia corrupta Lo que nos faltaba
Sin educación pública ni política no hay civismo para salir del ostracismo para identificar las realidades que nos circundan sin tocarnos el alma y que ignoramos para responsabilizar a otros de lo que no pudimos hacer cuando debimos hacerlo. Esta pobreza política lastima y da lástima.
El bipartidismo nos polarizó en grupos irreconciliables cuyos “jefes” negocian para mantener un status quo que no permite el cambio que merecemos y que es prioridad para la inmensa mayoría de la población necesitada. Hasta ahora marginada de todo derecho humano.
Ahora es cuando los dirigentes deben mostrar su amor a Honduras y erigirse como verdaderos líderes para emprender una lucha que contribuya a la tranquilidad de los antagónicos, que si bien buscan la hegemonía del despelote, todos al final deben acabar con la indiferencia e irresponsabilidad con la que se ha manejado la administración del Estado. Hoy todos vivimos un tiempo difícil necesitamos unirnos para dirimir esas diferencias y buscar el equilibrio que no rompa la armonía civilizada que hará que salgamos de esta crisis.
No es atacándonos ni seto los errores como vamos a adelantar en la busca de la paz, trabajo, salud, educación, comunicación, producción, competitividad y sobre todo entendimien- entre gobierno, empresa privada, grupos sociales e independientes. Todos responsables del letargo que nos posterga.
No a la misma estupidez esgrimida por unos y negada por otros, cuando ambos partidos son los responsables de hacerla tan mal como gobierno y como oposición. Esa irresponsabilidad compartiñalándonos da y no aceptada es la causa y efecto de lo que nos pasa. Nunca le pusieron atención a la necesidad del pueblo, jamás el bipartidismo resolvió esa progresiva carestía de todo para todos. Lo hicieron a medias y de esa media sacaron su media para resolver su futuro. Por eso no se castiga al político corrupto, solo se acusan y recusan. Ya no más sectarismo que embrutece. Mantener el ignorantismo garantiza al político mediocre su protagonismo.
El poder los eleva a su máxima incapacidad siendo causantes del atraso debido y la insolvencia moral de los que priorizan su miserable ambición ante la inmisericorde condición de todo un pueblo.
Si el talento del líder se mide por la gente que lo rodea, no tenemos parámetros porque no hemos tenido líderes que combatan las causas que obstaculizan la lucha contra la corrupción y promuevan la transparencia en la gestión pública como un valor político.
Aquí no cabe eso de, ellos y nosotros, o nos unimos todos o nos jodemos todos. Claro menos “ellos” los que siempre han disfrutado del poder en contra de “nosotros”. Justicia corrupta, títeres y payasos. Lo que nos faltaba
Ahora es cuando los dirigentes deben mostrar su amor a Honduras y erigirse como verdaderos líderes”.
“Nunca le pusieron atención a la necesidad del pueblo, jamás el bipartidismo resolvió esa progresiva carestía de todo para todos”.