Hondutel, otra vez en picada
Las finanzas de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel) vuelven a estar en números rojos, al registrar en el primer trimestre de 2018 pérdidas de 49.3 millones de lempiras. El fantasma de la aguda crisis en la que empezó a hundirse la estatal a partir de 2005, cuando se abrió el mercado nacional de las telecomunicaciones, vuelve a rondar para desasosiego de la población, que ve el impacto negativo en las finanzas públicas.
Recordemos que durante el tiempo que duró su monopolio, Hondutel fue la empresa pública más rentable, la “gallina de los huevos de oro”, que salía airosa pese a que de ella hicieron piñata políticos, militares, funcionarios y sindicato. Sin embargo, la competencia del sector privado, que redujo considerablemente sus ingresos, más la imparable corrupción, empleomanía y empresas de maletín, por mencionar algunos factores, la dejaron moribunda y obligaron a un plan de rescate en 2013 con un fuerte recorte de personal que le permitió percibir utilidades durante los últimos tres años.
Las pérdidas que ha vuelto a reportar en los tres primeros meses de este año son atribuidas a la caída en los servicios de telefonía fija para llamadas nacionales e internacionales, que representan el 96% de sus ingresos.
Pero viendo más allá, este déficit muestra también que sigue primando en Hondutel una visión política más que empresarial. La alta demanda que hay en nuestro país en servicios de telecomunicaciones no ha sido aprovechada por la estatal para atraer nuevos clientes como sí ha ocurrido con el competitivo sector privado que innova y se diversifica.
La empresa de telecomunicaciones ha realizado en los últimos años una actualización y transformación tecnológica millonaria que debiera reflejarse en sus finanzas, pero la ausencia de una estrategia agresiva de ventas y mercadeo la invisibiliza.
Esperemos que se tomen las medidas necesarias para encauzar nuevamente las finanzas de Hondutel, para hacerla crecer y convertirla en una empresa de éxito que sea referente de una gestión pública eficiente