El maracanazo marcó un antes y un después
Historia de mundiales Las fotos en blanco y negro nos llevan al inicio de todo. Uruguay dio el batacazo en Río y un DT se salvó de morir en 1934...
El primer paso importante hacia la creación de la copa mundial de fútbol se dio un 21 de mayo de 1904, cuando nacía en París, Francia, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
Ya hacia 1920, la llegada a la presidencia de Jules Rimet dio un espaldarazo a la creación de una competición intercontinental de naciones.
Uruguay 1930
Por el largo viaje, el primer Mundial de la historia tuvo apenas a cuatro europeos (Francia, Bélgica, Yugoslavia y Rumania) en Uruguay, a quien le adjudicaron la sede tras los oros en fútbol conquistados en París 1924 y Ámsterdam 1928.
En la final, la Argentina del artillero Guillermo Stabile ganaba en el descanso (2-1), pero la Celeste de Andrade, Cea y Scarone dominó claramente la segunda parte y metió tres goles que sellaron el 4-2 y Uruguay se convirtió en el primer vencedor. En blanco y negro arrancaba la historia de los mundiales.
Italia 1934
Sin el campeón defensor Uruguay, que no hizo el viaje en represalia por la excusa que pusieron los europeos cuatro años antes, el dictador Benito Mussolini sentenció al DT de la Nazzionale, Vittorio Pozzo: “Que Dios lo ayude si fracasa”. La Azzurra nacionalizó a cuatro argentinos y a un brasileño y llegó a la final contra Checoslovaquia.
Con el 0-1 en contra, a ocho minutos del final empató Orsi y, ya en el tiempo suplementario, Angelo Schiavio hizo realidad el sueño del Duce: Italia era campeón. Era el primer mundial que se jugaba en Europa, apenas con
tres escuadras americanas.
Francia 1938
Europa olía a guerra pero aún así el país de Jules Rimet obtuvo el premio de organizar la cita mundialista.
Por América solo fueron Brasil y la primeriza Cuba e Italia clasificó como campeón. Leonidas, el Diamante Negro, no fue suficiente para que Brasil cambiara la historia y de nuevo Italia se llevó la justa: derrotó 2-1 a Brasil (sin Leonidas) en semis y 4-2 a Hungría en la finalísima.
Brasil 1950
Finalmente la oportunidad le llegó a Brasil. Pero ni un Ma- racaná a reventar (200 mil personas) ni figuras como Ademir y Chico pudieron contra el designio de la historia: en la mayor sorpresa de los mundiales Uruguay se paró en el mítico estadio de Río de Janeiro y remontó el 1-0 de Friaça. Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia (a 11 minutos del final) enmudecieron el gigante de cemento y Brasil derramó lágrimas de impotencia. La Celeste ganaba su segundo mundial y la gesta se hizo en tierra prohibida