Estados Unidos responsabiliza a Daniel Ortega por violencia
Crisis en Nicaragua Mediante un comunicado, la Casa Blanca acusa al régimen sandinista por el caos social que se ha producido por más de cien días en el país centroamericano, en el que suman más de 300 muertos
Estados Unidos responsabilizó al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo, por la violencia que ya dejó un saldo de más de 300 muertos desde el inicio de las protestas antigubernamentales en abril. Ortega, por su parte, acusó a Washington de financiar las manifestaciones opositoras y admitió que su gobierno está detrás de los paramilitares que persiguen a los manifestantes, en una entrevista divulgada ayer. En una nota oficial, la Casa Blanca aseguró que Ortega y Murillo “son responsables en última instancia por los grupos parapoliciales favorables al gobierno que han brutalizado a su propio pueblo”. Es la primera vez que Estados Unidos responsabiliza nominal y directamente al actual presidente y su esposa por la situación en Nicaragua, y por ello defendió anticipar las elecciones presidenciales a 2019. “Estados Unidos está del lado del pueblo de Nicaragua, incluyendo miembros del Frente Sandinista, que piden reformas democráticas y el fin de la violencia”, afirmó la Casa Blanca, haciendo alusión al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Para el gobierno estadounidense, la celebración de “elecciones libres, justas y transparentes son la única avenida hacia el res- tablecimiento de la democracia en Nicaragua”.
Enemigo
En una entrevista con Euronews, Ortega dijo que se enfrenta a “un enemigo podero- so” que “son los Estados Unidos”, que afirma ha asignado millones de dólares a grupos locales responsables de las protestas. Aseguró tener pruebas de ese financiamiento, pero no las reveló. Esos fondos “se desvían para desestabilizar el país y estimular acciones armadas, son bandas que cometen crímenes”,
según el gobernante de 72 años. En la entrevista, Ortega admitió que su gobierno controla a los paramilitares que han actuado con los antimotines para desmontar las protestas. “Son policías voluntarios”, dijo Ortega, contradiciendo lo que dijo en una entrevista anterior a otra cadena internacional, cuando declaró que los paramilitares son “organizados por la derecha” golpista. Ortega se mostró anuente a reanudar el diálogo que su gobierno inició en mayo con la oposición para resolver la crisis, con la mediación de los obispos católicos, pero con nuevas “reglas”. Sin embargo, rechazó la posibilidad de discutir un adelanto de las elecciones del 2021 al 2019, como proponen los obispos y amplios sectores nicaragüenses. “Seguir ese camino es abrir la puertas a la anarquía en el país. Una ruptura de Nicaragua estaría tomada por el narcotráfico”, argumentó. El presidente nicaragüense, no obstante, discutió la realización de un referendo sobre el adelanto de las elecciones en un diálogo con CNN, según fragmentos anticipados de ese diálogo que la cadena anunció que transmitirá. Ortega afirmó además en esa entrevista, que desea integrar al diálogo a organismos internacionales para fortalecer el trabajo de mediación de la Iglesia católica.
Más sanciones
En el documento divulgado, la Casa Blanca pasó revista a las medidas adoptadas a este respecto, en especial la sanción a tres funcionarios nicaragüenses, paso que consideró “el inicio, no el fin, de potenciales sanciones”. Además, Washington restringió el otorgamiento de visas a funcionarios nicaragüenses que hayan tenido cualquier relación con represión a protestas o actos de violencia