Brigada médica cubana: 20 años de colaboración
Fresco está el recuerdo de aquella experiencia humanitaria de ver médicos, enfermeras y técnicos cubanos trabajando en medio de aquel panorama desolador que había dejado el huracán Mitch en casi todo el territorio nacional.
Las pérdidas humanas se calcularon en unas seis mil personas, con un número mayor de desaparecidos, la destrucción de la infraestructura productiva era desbordante y los sentimientos de frustración de toda la población era conmovedor.
El calendario cerraba el mes de octubre de 1998 con uno de los eventos de la naturaleza más devastadores en la historia del país. El Mitch provocó daños a la geografía, economía y sociedad de los cuales probablemente nunca nos recuperaremos y ni serán evaluados en su justa dimensión en una sociedad donde el dolor no repara las heridas colectivas del pasado.
Con el Mitch la solidaridad se hizo presente. Hubo una reacción casi universal; varios países se volcaron en ayuda humanitaria, algunas de esas naciones es difícil olvidarlas por el volumen de su aporte; México, con el envío de un contingente militar enorme que llegó a limpiar las calles de Comayagüela, fue reconfortante ver aquella caravana de vehículos con símbolos de la república mexicana y soldados de ese país que sin horario y sin límites de ninguna clase se despojaban de su condición de soldados para la defensa de su nación en soldados de la solidaridad con el pueblo hondureño, otro tanto se puede decir de la ayuda del pueblo japonés, de los Estados Unidos, de España y de otras naciones europeas que ayudaron a la causa de los hondureños.
Hubo una nación del Caribe, sin recursos abundantes, con experiencias similares en el sufrimiento por la presencia de ciclones destructivos, país pequeño por su extensión geográfica, aislado injustamente por la política estadunidense, pero que, por eso y otras razones humanitarias en el campo de la solidaridad, su gobierno, sin tregua y sin pausa se hizo presente, aún cuando la furia del huracán no cesaba y las condiciones de aeronavegación, marítimas y terrestres eran delicadas; ese país fue Cuba.
Por una relación personal, en aquel momento, con el representante de aquella nación, el señor Rubén Chávez, pude ser testigo de cómo el propio comandante Fidel Castro asumió la dirección de esta colaboración a través de una comunicación ininterrumpida vía teléfono.
Desde aquel gesto solidario, a la fecha, la presencia cubana en el campo de la salud ha estado presente, desde luego, cambiando la magnitud de la colaboración y la modalidad de la misma. En su estadía por Honduras, según información del jefe de la misión médica cubana en nuestro país, se han brindado cerca de 30 millones de consultas, 175 mil operaciones y se han realizado 160 mil operaciones de la vista.
Ahora que el convenio entre ambas naciones está por finalizar, las autoridades del ramo de salud en Honduras deberían agilizar la firma de un nuevo acuerdo, considerando que la colaboración en este campo solo beneficio le ha generado a la población más desprotegida.
El futuro de la humanidad es de solidaridad o es muerte
En su estadía por Honduras, según información del jefe de la misión médica cubana en nuestro país, se han brindado cerca de 30 millones de consultas, 175 mil operaciones y se han realizado 160 mil operaciones de la vista”.