“El cuerpo ya se siente agotado, pero seguimos”
Embajadora de EUA ante la ONU dice que organizadores de la caravana son políticos hondureños aliados con dictadores socialistas de Venezuela y Cuba
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La caravana de emigrantes centroamericanos, en un gran número hondureños, que va rumbo a Estados Unidos detuvo ayer su marcha para tomar aire y luego continuar su ruta.
Sin embargo, Estados Unidos volvió a enfilar baterías en contra de esta cadena humana y lanzó nuevas advertencias.
El presidente Donald Trump, el vicepresidente Mike Pence y hasta la embajadora de Estados Unidos acreditada ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, reaccionaron ayer lanzando advertencia sen contra de la inminente llegada de la caravana.
El gobernante estadounidense indicó ayer en una comparecencia ante los medios de comunicación que no hay “ninguna prueba” de que personas de Medio Oriente estén mezcladas con los migrantes centroamericanos.
Cuando le pidieron evidencia de su afirmación durante un acto de promulgación de una ley, Trump respondió: “No hay ninguna prueba de nada”. Pero agregó que “ellos bien podrían estar” en la caravana. Trump había afirmado en un tuit publicado el lunes que “criminales y personas de Medio Oriente” estaban mezclados con los migrantes que huyen de la violencia o pobreza en sus países natales.
Comentó a los reporteros que la Patrulla Fronteriza ha “interceptado a muchas personas de Medio Oriente” durante el año.
Dura advertencia
Por su parte, Pence, segundo al mando de la Casa Blanca, reaccionó diciendo que “Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para impedir que esta caravana llegue al Norte y viole nuestra frontera”. Pence también dijo que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, le informó que la caravana de migrantes fue organizada por grupos izquierdistas “financiados por Venezuela”. Fueron “enviados al norte para desafiar nuestra soberanía y nuestra frontera”, dijo.
Pence indicó que el presidente estadounidense Donald Trump le pidió que contactara al mandatario de Honduras, Orlando Hernández, y al de Guatemala, Jimmy Morales, y aseguró que su gobierno que ha estado trabajando muy de cerca en el asunto junto con México. El gobierno hondureño acusó a la oposición política de convocar la caravana para provocar “ingobernabilidad” en el país, señalando como instigador a Bartolo Fuentes, un exdiputado coordinado según ellos por el expresidente y líder izquierdista, Manuel Zelaya. Fuentes aseguró a la AFP que lo que hizo fue reproducir en su Facebook un afiche que no sabe quién divulgó en varias redes sociales.
Por su parte, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, compartió un mensaje publicado por la misión diplomática: “@USUN: necesidad de mirar los motivos políticos detrás de la caravana. Los políticos hondureños aliados con los dictadores socialistas venezolanos y cubanos están alentando a la caravana a socavar el gobierno del Pres. Hernández. Estados Unidos es un país de leyes, no de caos fronterizo”, advierte el texto.
Según la ONU, la caravana de emigrantes está integrada por unas 7,000 personas. Sin embargo, cuando salió de San Pedro Sula, hace diez días, eran alrededor de mil personas las que la integraban. Los funcionarios del gobierno del presidente Donald Trump dijeron el martes que siguen ponderando qué hacer si la caravana de migrantes centroamericanos llega a la frontera sur de Estados Unidos.
Descanso
Entretanto, la caravana se tomó un respiro ayer en la empobrecida comunidad mexicana de Huixtla, Chiapas, para descansar y hacerse chequeos médicos, antes de reanudar su rumbo a Estados Unidos, a pesar de las furiosas advertencias del presidente Donald Trump. Después de atravesar a pie casi 800 km en diez días, los más vulnerables se sometieron a controles médicos.
“Hemos atendido a 8 mujeres embarazadas, ninguna presenta afectación en la gestación, sólo están un poco debilitadas”, comentó una enfermera del puesto médico improvisado en el único parque de Huixtla. Una de ellas es Teresa Pérez, de 19 años, y embarazada de 31 semanas.
“A veces me duele mucho, a veces creo que ya va a nacer, pero creo que solo necesitaba descansar”, comenta mientras los paramédicos le dan ácido fólico. Otros aprovecharon para nadar o dormitar sobre el río Huixtla. Para muchos de ellos, este es el primer día de reposo desde que salieron el 13 de octubre de Honduras, empujados por la rampante inflación y los asesinatos y secuestros perpetrados por pandilleros. “La verdad es que el cuerpo ya se siente cansado, agotado, y andábamos sucios, así que nos cayó de maravilla”, dice Daniel Fernández, un joven albañil moreno de 25 años que viaja con dos amigos.
Aún les esperan unos 3,000 km para llegar a la frontera con Estados Unidos. El gobierno hondureño aseguró el lunes que dos miembros de la caravana murieron: uno de ellos el sábado al caer de un vehículo en la carretera al Pacífico de Guatemala, y el otro el lunes en la carretera de Tapachula a Huehuetán, México.
Reacción
El secretario de Gobernación (Interior) de México, Alfonso Navarrete, respondió:
“No vamos a caer en exigencia de gobierno alguno que pretenda provocar en México una reacción hostil por sí misma, sin fundamento, sin haber agotado todas las vías que se pueden dar en el diálogo”. “Nosotros no hemos enviado personal del ejército alguno para esta circunstancia, y la policía, toda la Policía Federal que ha participado, lo ha hecho, como han podido constatar, de manera ordenada y desarmados”, recalcó.
Entre los que avanzaron hasta Huixtla y los que se devolvieron, también hay muchos otros a medio camino. Cientos cruzaron la frontera sur de México la tarde del lunes luego de que el gobierno mexicano les permitiera entrar. Se trata de unos 400 hondureños -según varias Ongque esperaban hacinados desde el viernes en el puente fronterizo con Guatemala, y que también forman parte de la caravana