Diario El Heraldo

“Aquí no dormimos cuando llueve, el río en cualquier instante crece...”

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El devastador huracán Mitch les arrebató todo y 20 años después aún viven con precarieda­d.

El muro de la casa es de alambre, la puerta es una lámina de zinc. “Pasen adelante”, nos dijo Aleyda Ponce. Su casa está reconstrui­da sobre un terreno irregular, las paredes de madera que casi se desarman, al igual que el techo que en cualquier momento cede. En su interior tienen apenas lo necesario para sobrevivir día a día con mucha dificultad. En esas condicione­s sobrevive una familia que hace 20 años fue víctima de la inundación y los derrumbes del huracán.

Dos décadas después su situación es lamentable ya que no tienen empleo ni oportunida­des para salir adelante. La familia le hizo un llamado al presidente Juan Orlando Hernández para que los pueda apoyar, ya que se sienten olvidados.

Esta es una de las muchas familias que resultaron damnificad­as por los estragos que causó el Mitch en Comayagüel­a, específica­mente en la colonia Soto.

Actualment­e Aleyda tiene 43 años pero en ese entonces tenía 23 años, sufrió en carne propia la destrucció­n del huracán. “Las casas se levantaban y otras se metían en la tierra, los árboles nos cayeron encima de las casas, cuando quisimos salir no pudimos, las casas se derrumbaba­n”, relató Aleyda con mucho pesar.

Recordó que en ese momento llegaron elementos del Cuerpo de Bomberos para rescatarlo­s y los evacuaron de lo que quedaba de vivienda. “Salgan, ya no pueden estar aquí”, les dijeron los bomberos.

Sin embargo, la madre de Aleyda se aferraba a su casa y no se quería salir.

“A mi mami la bajaron cuatro muchachos porque ella no se quería salir porque dijo que de ahí era y que ahí iba a morir”, comentó la señora. En ese entonces, Aleyda tenía una niña de tres años de edad. Ellos fueron trasladado­s a la Universida­d Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde se habilitó un albergue para los damnificad­os. “Lo perdimos todo, ropa, nuestras cosas, íbamos descalzas”, recordó.

Ellos tuvieron miedo, pensaron que iban a fallecer ahogados o soterrados.

“Y ahora no lo hemos podido superar, 20 años después y en las condicione­s que vivimos, no tenemos ni letrinas, necesito que nos ayuden”, exclamó.

Una vez que pasó el huracán Mitch, ellos decidieron regresar a la zona devastada para levantar una casita de madera. “Necesitamo­s ayuda, después de 20 años del Mitch, necesitamo­s una casa porque tenemos bebés, hay jóvenes que necesitan empleo”, solicitó Aleyda.

Karen Andrade, de 36 años, hermana de Aleyda, mencionó que es necesario que se acuerden de la Soto. “Al regresar lo que encontramo­s fue piedras, palos, mucho lodo y así nos vinimos a construir aquí, de pedazos en pedazos”, relató Karen.

En 1998 el río Choluteca se salió de su cauce e inundó toda la colonia que casi desaparece por completo. “Aquí no dormimos cuando llueve, el río en cualquier instante crece y vuelve a hundir lo que quedó de la Soto, es una zozobra”, señaló.

 ?? FOTO: JOHNY MAGALLANES ?? Aleyda Ponce, junto a sus hijos, nietos y sobrinos, recuerda con mucho dolor lo que sufrieron con la inundación del huracán Mitch, ellos lo perdieron todo y fueron albergados.
FOTO: JOHNY MAGALLANES Aleyda Ponce, junto a sus hijos, nietos y sobrinos, recuerda con mucho dolor lo que sufrieron con la inundación del huracán Mitch, ellos lo perdieron todo y fueron albergados.
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