Ortega gestiona su apoyo con marchas
El presidente de Nicaragua promueve caminatas de sus seguidores para disfrazar la crisis
Envueltos por el rojo y negro de la bandera sandinista, hombres y mujeres animados por ritmos contagiosos bailan y cantan alrededor de una tarima adornada con flores. De pronto aparece el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y la algarabía es total. A través de potentes parlantes agitadores gritan “Daniel, Daniel”, “aunque te duela, el comandante se queda”, mientras Ortega recorre la tarima de unos dos metros de alto, observa y saluda a la donde se mezclan pobladores de barrios y empleados públicos que han llegado tras una larga caminata.
“Venir a marchar me sale de mí, ¿sabe? Me sale de mi de corazón y con gusto lo hago”, dijo a la AFP Marina, pobladora de un barrio occidental de Managua, mientras caminaba rápido para evadir más preguntas. “Hay una causa que defender, la causa de los pobres”, señaló el campesino Antonio Rivera, de 40 años, en una manifestación oficialista.
Ortega anunció en setiembre una cruzada que llamó “la batalla de las marchas”, con caminatas de hasta siete kilómetros en defensa de su gobierno.
Con ello buscó contrarrestar las protestas en las que la oposición exige desde abril su renuncia y la de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo