Apuntar a la luna y decir “mira la luna”
La modernización de los medios de comunicación y las redes sociales permite otros actores hegemónicos de opinión; representantes de sociedad civil, líderes de iglesias, periodistas y académicos están influyendo en la vida pública del país y la administración del Estado, en la búsqueda del bien común. También ciudadanos en su propia representación están participando en redes sociales y en medios de comunicación tradicionales cada vez más abiertos a canales de colaboración de la población, creando una nueva dimensión ideológica de la sociedad con nuevos procesos culturales. La apertura de los medios tradicionales y las redes sociales fomentan la colectividad, el acercamiento del ciudadano a la esfera política y el intercambio de información, y también la velocidad en que se transmiten pueden afectar algunos principios democráticos y el buen nombre de las personas, pese a las innegables ventajas que ofrecen las Tecnologías de Información y Comunicación. Es una enorme avalancha de información que da miedo y, como indica el escritor Carlos Alberto Montaner, “millones de da- tos, imágenes e historias en medio de un torbellino informativo caótico y desorientador, que no contribuye a aclarar nuestra comprensión de la realidad, sino más bien la oscurece con una multitud de elementos que la inteligencia no consigue discernir, dejándonos sensación de inseguridad y desamparo realmente ingrata”.
La diversidad y la libertad no deben nunca ser limitadas, tampoco la libertad de expresión e información, y en medio de anhelar ciudadanos con salud mental ante tanta información, quizás podemos por lo menos meditar lo que en Colombia está por regularse, la difusión masiva de mensajes a través de cuentas y seguidores falsos para lograr que se destaquen temas.
En esta nueva dimensión ideológica de la sociedad con nuevos procesos culturales por la masiva información, todos los actores políticos y de la sociedad civil deben seguir ejerciendo su libertad de informar y comunicar sin más limitación que la establecida en la ley, pero quizás también deben saber medir lo que comunican observando las respuestas de sus receptores. La única forma posible de medir lo que se comunica es apuntar a la luna y decir “mira la luna”, y si nuestro receptor dirige su vista en esa dirección, su conducta me hace suponer que yo he comunicado perfectamente
Una nueva cultura democrática con mayor diversidad de opinión que además permite que las relaciones privadas pasen a ser moderadas dentro de un ámbito público y que lo público penetre lo privado”.