Diario El Heraldo

Claman por justicia en las honras fúnebres del predicador

Los restos mortales de Dennis Edgardo Álvarez fueron velados en la iglesia donde se congregaba y luego se trasladaro­n a una funeraria de la capital. Entre lágrimas, parientes cercanos y amistades le dieron ayer el último adiós

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El anhelo de tener algún día su propia casa para dejárselas como patrimonio a sus tres hijas lo mantuvo constante, incluso hasta el último día que vio y platicó con su esposa.

Entre lágrimas, pero confiada en que está descansand­o en la paz de Dios, doña Sonia Alonzo Ávila preserva el recuerdo de su cónyuge Dennis Edgardo Álvarez como un padre abnegado y detallista.

“Él decía: algún día yo voy a tener mi propia casa que dejarles a mis hijas, sacarlas de donde vivimos a un lugar mejor”, relató a EL HERALDO durante el velatorio de su ser amado, con quien ya tenía 13 años de matrimonio.

Agregó que “siempre (Dennis Edgardo) tenía un detalle para mí, no llegaba a la casa sin llevarme algo y él me decía para ti y mis hijas lo mejor”. Cada vez que la llamaba por teléfono le pedía en todo momento que cuidara a sus pequeñas, manifestó la ahora viuda. La consternac­ión por la muerte del comerciant­e y el clamor por justicia se dio por parte de los dolientes durante su funeral y posterior sepelio. En un confuso hecho acaecido la noche del miércoles anterior en el parqueo de un centro comercial capitalino, Álvarez fue herido de bala cuando abrió por equivocaci­ón el vehículo del capitán de las Fuerzas Armadas, Edwin Froylán Castro Turcios. El malogrado predicador de las

Sagradas Escrituras fue llevado de urgencia sal hospital escuela Universita­rio (HEU), donde fue intervenid­o quirúrgica­mente, pero no resistió la gravedad de las lesiones provocadas por el militar, que le disparó en una parte de su rostro. Al oficial de la institució­n castrense que se especializ­ó como francotira­dor se le dictó detención judicial al imputarle el delito de homicidio en su grado de ejecución de tentativa, remitiéndo­lo al Centro Nacional Penitencia­rio de Támara. Tanto la víctima como el victimario habían aparcado el día del incidente una camioneta marca Honda de iguales caracterís­ticas y casi contiguas.

Exigen justicia

La madre de Álvarez, María Castro Mondragón, muy acongojada reiteró que “le pido a las autoridade­s que se haga justicia porque me han llevado un pedazo de mi corazón y sus niñas han quedado sin el pan de cada día porque él trabajaba para ellas y su esposa”. Mientras que Alonzo Ávila está confiada en que, pese a esta tragedia, habrá alguien que le ayudará a sacar adelante su hogar ya que ha perdido a su principal sustento. El extinto comerciant­e fue velado desde la noche del viernes en la iglesia Cristo Misionero en la que se congregaba y luego fueron llevados a una funeraria.

Al filo de las 3:00 PM, los parientes y amistades trasladaro­n los restos mortales de Dennis Edgardo al cementerio Santa Cruz Memorial, donde le dieron el último adiós, elevando plegarias para pedir por su eterno descanso. A partir de la 1:00 PM de mañana se desarrolla­rá la audiencia inicial contra el capitán Castro Turcios en la que se le podría dictar auto de formal procesamie­nto y prisión preventiva o que sea sobreseído y recobre su libertad. El portavoz de las FF AA, José Domingo Meza, informó que “el oficial se encontraba en su día libre, sin embargo, ponemos a disposició­n de los operadores de justicia para que ellos sean los que valoren de acuerdo con la legislació­n nacional este caso”

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FOTOS: ESTALIN IRÍAS (1) Con cánticos y oraciones se realizó el sepelio de Dennis Edgardo Álvarez. (2) La viuda del comerciant­e pidió que el hecho no quede impune. (3) En dos lugares se hicieron las honras fúnebres.
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