Años nuevos
La próxima semana iniciará el año 19 del tercer milenio del calendario gregoriano y, mientras muchos se abracen e intercambien buenos deseos, el almanaque develará una nueva hoja en blanco para que escribamos líneas de vida hasta ahora desconocidas. Acá no esperaremos hasta el 5 de febrero de 2019, cuando la Fiesta de la Primavera inaugure el año 4717 (denominado “año del cerdo”) del calendario chino, no decoraremos nuestras casas y lugares públicos de auspicioso color rojo, ni entregaremos sobres del mismo color y otros obsequios, como si lo hacen en al menos una cuarta parte del mundo que comparte esta manera de datar el tiempo y sus tradiciones.
Aunque existen diferencias notables entre una y otra forma de recibir y datar el nuevo año -que pueden ser más si se atiende a especificidades de una u otra región del planeta- se coincide tanto en la celebración gozosa y esperanzada de un cambio de ciclo temporal, con platillos especiales y reuniones familiares, como en un detalle que siempre hace peculiar estas fechas: la quema de petardos y fuegos artificiales. Mera expresión de júbilo entre nosotros, su uso ya está desprovisto del simbolismo que todavía tiene en el lejano Oriente, cuna y origen de la pirotecnia, según los historiadores: en China continental, Hong Kong, Macao, Taiwán, en países vecinos de China (Singapur y Corea del Sur), y entre las colonias chinas extendidas por doquier, se cree a pies juntillas que al prenderle fuego a estos artilugios de pólvora -idealmente rojos- se ahuyenta el mal y se atrae la buena suerte. Menos ruidosos, por estos lares, bastará ponerse ropa interior amarilla para lograr el mismo efecto, aunque últimamente se ha incorporado el uso del rojo si se quiere suerte en el amor y tonos verdes si lo que se desea es salud y bienestar.
A propósito de calendarios, el 9 de septiembre recién pasado inició el Rosh Hashaná, o año nuevo según las cuentas de la nación judía: ese día comenzó su año 5779 y también dos días de celebraciones que incluyen rituales variados (como hacer sonar un cuerno o “shofar” en las plegarias matutinas de las sinagogas, además de cenas típicas). Por su parte, los musulmanes iniciaron el primer día (Ra’s as-sana) del muharram (primer mes del calendario islámico) dos días después (11 de septiembre) y con ello su año 1440, que aprovecharon para recordar la vida del profeta Mahoma y la Hégira (emigración) que este hizo a la ciudad de Medina. Distinto a lo ya co- mentado, los fieles recuerdan con tristeza en ese mes el martirio del imán Huséin, nieto del profeta y líder espiritual del chiismo.
Algo puristas, quizás nos correspondería más haber celebrado el 26 de julio último, cuando dio inicio el año 5133 de la cuenta maya, tomando en cuenta el calendario haab, menos arbitrario que el gregoriano y más preciso, pues calcula el tiempo según los movimientos de los cuerpos celestes.
Como se ve, según creencia y cultura, la fecha de un nuevo ciclo anual varía. Mi padre solía decir que el año nuevo de cada uno empieza el día de su cumpleaños. En cualquier caso, no dude usted en celebrar su año nuevo con alegría y dándole gracias a la vida
Según creencia y cultura, la fecha de un nuevo ciclo anual varía. Mi padre solía decir que el año nuevo de cada uno empieza el día de su cumpleaños. En cualquier caso, no dude usted en celebrar su año nuevo con alegría y dándole gracias a la vida”.