‘Apóyate en mí’, filme que zarpó del puerto y naufragó sin drama
Esta película rodada en Puerto Cortés y Ajuterique expone la infiltración del narcotráfico en los colegios. La torpe mixtura de géneros y una producción deficiente dieron como resultado...
El 6 de diciembre se estrenó “Apóyate en mí”, la última película hondureña del 2018 en salas comerciales. Al inicio estuvo en cartelera en seis ciudades del país, después redujo su caudal de tandas y al final solo Puerto Cortés la mantuvo en exhibición. Esto último era de esperarse ya que en la ciudad porteña se originó la idea, que sufrió muchas negativas e imprevistos antes de germinar en este filme, además allí se rodó la mayoría de las escenas.
Los directores son Erick Cruz, Kenny Paz y Gustavo Delgado, este último además es el guionista y actuó como el padre de una alumna, y participó en “Cuatro catrachos en apuros”, entre otros filmes.
Más desaciertos que aciertos
El trabajo de cámara decepcionó por planos que se desenfocaban, falta de balanceo en exteriores y mareo producido por tomas en movimiento filmadas sin estabilizador.
Pero la cámara no tuvo el peor desempeño, sino el guión. El filme aborda temas sociales delicados como los docentes que, aprovechándose de su condición, mantienen relaciones amorosas con alumnas y la infiltración del narcotráfico en colegios mediante jóvenes sin esperanza y deseosos de mejorar rápidamente sus condiciones de vida, pero abordarlos con matices de comedia involuntaria es un error ya que, lejos de generar conciencia, lo que hace es banalizar ambos problemas. Otro lío fue la torpe mixtura de géneros. Se necesita gran habilidad para pasar de la comedia al drama y a la acción sin perder el interés de los espectadores, lamentablemente eso no ocurrió aquí, donde se presenciaron gazapos como cuando el jefe narco don Roque (muy sobreactuado) le exige a la traidora infiltrada que hable, aunque la tiene atada y con la boca tapada. La peor secuencia fue el operativo para desarticular el cartel, en el que los policías ingresaban como Pedro por su casa y un agente, mientras forcejea con un guarura, mueve los labios vociferando algo... pero a alguien en posproducción se le olvidó insertar el diálogo, causando sin querer la risa entre los espectadores.
En fin, un filme solo para mostrar a Puerto Cortés y para aprender errando