Ilhan Omar e Israel
Ilhan Omar, congresista somalí-americana, electa recientemente, ha estado provocando polvaredas en los círculos políticos de la capital del Potomac en los últimos días.
Y quien más irritado se ha sentido por los polvos generados ha sido ni más ni menos que AIPAC (American Israel Public Affairs Committee), grupo de presión o “lobby” para favorecer a Israel sobre diversos temas ante la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos.
La congresista Omar simplemente ha expresado que AIPAC “facilita” fondos a políticos demócratas y republicanos con el propósito de abogar por decisiones políticas y económicas para favorecer a Israel.
En pasillos legislativos y ejecutivos eso de abogar con relación a dicho país suele referirse a una puntual intención: influir más allá de ciertos límites aceptables.
Bueno, le ha llovido a la congresista.
El gobierno de Israel y sus círculos aliados estadounidenses le han tildado de “antisemita”, calificativo sumamente rayado, utilizado para criticar, señalar o condenar a quienes acusan a Israel, sobre todo, por el trato inhumano que le dispensa al pueblo palestino, por su política colonialista-expansionista y, además, por el irrespeto permanente –en toda su expresión– a las resoluciones que, sobre el diferendo israelí-palestino, ha tomado el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Y, a raíz de la manifestación frontal de la ya reconocida congresista Omar, el mismo presidente Donald Trump no se quedó atrás: “que renuncie”.
Otras voces, por supuesto, divulgaron sus quejas o condenas al respecto, evidenciando su característico borreguismo ante cualquier acusación contra Israel y sus intereses… por muy fundamentada que la misma sea. Claro, la tiene difícil la congresista y quienes simpatizan con ella. En efecto, contar con Israel y su maquinaria global –llámese Sheldon Adelson, David Friedman o AIPAC– como adversarios es cosa seria… y peligrosa.
No en vano, muchos que han enarbolado la causa palestina incluso han sido “silenciados”, no pocas veces por cortesía de Mossad, o remitidos a un irremediable ostracismo o a purgar penas en cárceles cuyas condiciones son sumamente oprobiosas.
No obstante y, particularmente, esas a veces “odiosas redes sociales” impiden que el Estado de Israel siga ocultando la parte fea de su rostro, misma que los medios de comunicación tradicionales, por diversas razones, ocultaban u omitían.
Por ello, el Sionismo Internacional, en todas sus facetas, siente que las cosas no le están saliendo como antes.
El mundo despierta ante una realidad cruel que por décadas ha padecido el pueblo palestino… que merece vivir en armonía con vecinos que profesan la religión judía, muchos de ellos justos y conscientes ante el clamor palestino, y con abierta oposición a un gobierno racista y guerrerista por naturaleza
La congresista Omar simplemente ha expresado que AIPAC ‘facilita’ fondos a políticos demócratas y republicanos con el propósito de abogar por decisiones políticas y económicas para favorecer a Israel”.