OPERACIÓN SALAMANCA EN EL ESPACIO PÚBLICO
ESTA PROPUESTA, AL INSERTARSE EN LA ESFERA DE LA INTERVENCIÓN PÚBLICA, ES NECESARIAMENTE POLÍTICA, PORQUE LO PÚBLICO ES EL ESCENARIO DE LAS CONTRADICCIONES
“Un artista es, al mismo tiempo que artista, un ser político, constantemente en vilo ante los desgarradores, ardientes o dulces acontecimientos del mundo”.
No hay duda de que la calle y los espacios urbanos construyen nuevos programas de artisticidad y configuran una relación distinta entre la obra de arte y el público, planteando funciones diferentes a las acostumbradas en la galería, el museo o cualquier espacio cerrado donde tradicionalmente se ha mostrado la actividad artística.
El arte público rompe con la cultura de lo “ya dado” y se instaura en un nivel de conciencia donde lo político e ideológico alcanzan rasgos estéticos.
Una de las características centrales de la estética del espacio público es la lectura de contextos, el contexto es el eje que mueve estas prácticas, gracias a ello el público tiende a modificar sobre la marcha el propio proyecto del artista.
Estas construcciones relacionales entre artista, receptores, espacio y contexto introducen nuevos regímenes estéticos dentro de una cultura que ha perdido su poder de seducir, he allí la naturaleza transgresora de algunas prácticas contemporáneas.
“Salamanca está planteando que gracias a la ironía del performance, él puede devolver a contrapunto las construcciones políticoideológicas que el Estado utiliza para ejercer el control social”. crítico de arte
El gesto transgresor de Sinrry Salamanca
Hoy mostramos una serie de obras del artista Sinrry Salamanca, todas ellas creadas en el espacio público, obras de naturaleza performática, articulada desde una estrategia política que no admite fisuras respecto a su búsqueda. El artista sostiene que en el país todos los problemas económicos y sociales están cruzados por el problema del poder político, todo se vertebra desde allí y, por lo tanto, su trabajo encuentra en el discurso político el cauce por donde expresar su obra artística.
Recurre al performance porque este género “me permite las mismas estrategias de solapamiento que usa el poder: diluirse en la cotidianidad, invisibilizar, dar movilidad de escenario y economía de recursos”. En otras palabras, Salamanca está planteando que gracias a la ironía del performance, él puede devolver a contrapunto las construcciones políticoideológicas que el Estado utiliza para ejercer el control social; es como doblar el cañón de quien dispara los discursos desde el poder y devolver a quemarropa una ráfaga sutil pero certera.
“El boulevard de los sueños rotos” y una calumnia histórica
CARLOS LANZA
El 28 de julio de 2009, un mes después del fatídico golpe de Estado, Salamanca realizó una intervención en el llamado “Boulevard de Los Próceres”. La acción consistió en encapuchar los rostros de varios próceres latinoamericanos, representando una situación de tortura, el artista discursó así para denunciar la forma cómo las democracias latinoamericanas, incluyendo la hondureña, vienen siendo torturadas históricamente por