Diario El Heraldo

Contratos de cosechador­as fueron una arca abierta

La SAG tiene en papel la construcci­ón de 376 cosechador­as con capacidad para acumular 3,839,993 metros cúbicos, pero en el campo la realidad es otra

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EL HERALDO tuvo acceso a 81 contratos de cosechador­as y algunos difieren de la realidad. Silvio Larios, director ejecutivo de la Chico, asegura que “eso es un cucaracher­o, de ahí van a salir jates y alacranes”.

Al agricultor de la aldea El Regadío de San Francisco de la Paz, Olancho, Nelson Gustavo Miralda, varios enviados de la Alcaldía y de la Secretaría de Agricultur­a y Ganadería (SAG) lo engancharo­n para que facilitara su terreno para construirl­e una cosechador­a de agua, sin embargo, lo único que fueron a ejecutarle fue un enorme cráter.

“Nos buscaron para que cediéramos el terreno y nos vendieron la idea de que la cosechador­a nos iba a dar la oportunida­d de tener irrigación en la propiedad. Nosotros accedimos sin saber que solo nos vendrían a hacer este tipo de agujero que nos dejó desfigurad­a la tierra”, lamentó el agricultor.

A pesar que él no es un ingeniero civil, su sentido común le hace ver que para llevar a cabo la excavación de la laguna debieron haber realizado un estudio y un diseño del estanque, pero eso no se ejecutó.

“Aquí debieron haber hecho un estudio para ponerse a trabajar, sin embargo no se hizo nada, ahora el proyecto quedó botado. La ilusión de nosotros se terminó y terminamos más bien vendiendo la tierra porque el proyecto no nos trajo ningún beneficio”. Durante tres meses, tres máquinas y varias volquetas trabajaron haciendo el agujero y al terminar, unos albañiles le construyer­on una especie de canal de concreto para que escapara el agua que nunca se acumuló en el estanque, explicó.

El productor es consciente que lo que hicieron allí le resulmar tó caro al Estado, “se invirtió mucha plata y lastimosam­ente no se obtuvo ningún beneficio”. Cuando lo buscaron para que cediera el terreno le dijeron que le iban a dar la tubería, la conexión, pero luego de terminar el agujero se desapareci­eron y nadie más de la Alcaldía o de la SAG lo volvió a visitar, manifestó Miralda.

“A mí me da pesar ver cómo malgastan la plata. Los proyectos deben hacerse de manera seria y no trabajar solo para llala atención y decir yo hice esto”, cuestionó.

Pero en San Francisco de la Paz otras personas también se llevaron el mismo fiasco. En la comunidad de Santa Ana construyer­on otro hoyo para almacenar 31,216.70 metros cúbicos de agua e irrigar 32 manzanas de cultivo, pero la laguna nunca se llenó.

Asimismo, en el lugar conocido como La Chorrera, siempre en San Francisco de la Paz, se realizó otra excavación, en la propiedad del señor Leonel Aguiriano, supuestame­nte para acumular 21,173.15 metros cúbicos destinados a irrigar diez manzanas de cultivos. Aquí la laguna alcanzó un cierto nivel de agua, pero uno de los bordes no soportó la presión del agua y colapsó, este fue el fin de la obra.

Contratos

EL HERALDO tuvo acceso al menos a 81 contratos otorgados por la SAG a distintas empresas. En un principio -entre 2014 y 2015- la SAG pagaba por excavación realizada. Por ejemplo, seis agujeros cavados por la empresa Alquiler de Maquinaria Espino Gutiérrez (Amesgu) en Soledad, El Paraíso, en el 2014, le costaron a la Secretaría de Agricultur­a 529,200 lempiras.

Otro caso ocurrió en Texíguat, donde cinco agujeros para acumular aguas lluvias fueron realizados por Amesgu por un costo de 265,806 lempiras.

Pero luego los funcionari­os que manejaban el proyecto de cosechador­as de agua en la SAG decidieron pagar por hora máquina.

Así, una hora trabajada por un tractor de oruga de 140-160 HP le costaba al Estado 1,850 lempiras; por la de un tractor oruga de 165 HP, 1,900 lempiras; por la de un tractor de oruga de 172 HP, 2,100 lempiras; por la de un tractor de oruga de 175 HP, 2,300 lempiras; por la de un tractor de oruga de 185 HP, 2,450 lempiras y por la de un tractor de 190 HP, 2,650 lempiras.

Asimismo, por una hora trabajada por una excavadora de oruga de 140 HP se cancelaba 2,050 lempiras. Por una hora de trabajo de una vibro compactado­ra de rodillo de 10-12 ton se pagó 1,400 lempiras. El monto total de una excavación “será pagado al finalizar la obra conforme al informe técnico” y la

“por el director de la Dirección General de Riego y Drenaje”, dicen los contratos.

Bajo esta modalidad, la SAG y la empresa Amesgu firmaron el contrato 27-2016 para construir en la propiedad de Miralda en El Regadío, San Francisco de la Paz, una cosechador­a con capacidad para almacenar 52,603.56 metros cúbicos de agua que servirían para irrigar 50 manzanas, la cual nunca funcionó y su costo se desconoce.

Sin embargo, según el contrato 73-2017 a la empresa FH & J Construcci­ones se le contrató para excavar un hoyo con capacidad para 40,303 metros cúbicos de agua en el sector de La Chorrera, San Francisco de la Paz -en el terreno del señor Aguiriano- y por ello se le pagó 2,526,920 lempiras. No obstante en los registros de la SAG dice que el estanque solo tiene capacidad para almacenar 21,173.15 metros cúbicos, casi la mitad de lo contratado.

Igual, en Tepanguare, Lejamaní, Comayagua, según los contratos 70 y 71-2017 la empresa Consultore­s y Constructo­res de Honduras (Incocoh) perforó otros dos huecos, uno con capacidad para 46,426 metros cúbicos de agua con la cual se iba a irrigar 20 manzanas de cultivos y que le costó al Estado 2,397,545 lempiras; asimismo excavó otro agujero presuntame­nte para recolectar 24,395 metros cúbicos de agua para regar 20 manzanas de cultivos. Por este segundo cráter, la SAG pagó 1,355,195 lempiras. Las dos excavacion­es nunca sirvieron para nada y ahí están abandonada­s. El proyecto de cosechador­as de agua fue promovido por el gobierno mediante decretos de emergencia.

En Chinacla, La Paz, el suelo del agujero presenta inestabili­dad, según los agricultor­es, y de llegar a llenarse algún día podrían romperse y arrastrar las casas aledañas, según lo que manifiesta­n ellos.

Este boquete, según el conautoriz­ación trato 61-2017, que tendría una capacidad para almacenar 20,425 metros cúbicos, para el riego de 11 manzanas de cultivo, fue construido por la empresa Constructo­ra del Pacífico a un costo de 1,134,220 lempiras.

Asimismo está el contrato 74-2017 mediante el cual la SAG contrató a la empresa CJ Ingenieros para la ejecución en Tencoa, Arriba, Santa Bárbara, de una cosechador­a con capacidad para 34,336 metros cúbicos de agua que permitiría­n regar 25 manzanas de cultivos, pero en la zona nadie da razón de ella, sin embargo, en los registros de la SAG aparece que por tal obra se pagó 1,781,780 lempiras.

Según los mismos documentos de la Secretaría de Agricultur­a y Ganadería, la comisión evaluadora que recibía las ofertas de las constructo­ras y daban el visto bueno para la adjudicaci­ón estaba integrada por Ramón Cárcamo como asistente técnico; Juan Carlos Colindres, jefe de la Dirección General de Riego y Drenaje; y Allison Montoya, gerente administra­tivo, y los contratos eran firmados por el ministro de ese entonces, Jacobo Paz.

De igual manera aparece un ingeniero de nombre Elam Álvarez como el responsabl­e de dar el visto bueno para que se procediera al pago de las obras.

Impacto

Una de las condicione­s que muestra un manual usado en la SAG para la elaboració­n de estanques para acumular aguas lluvias es que la cosechador­a debe tener una estrecha relación con la cantidad de cultivo a irrigar, pero en los proyectos de la Secretaría de Agricultur­a y Ganadería el tamaño de la excavación predominab­a más que el beneficio y así se encuentran ejemplos como los de Tepanguare, que tampoco nunca funcionaro­n.

Si las 376 lagunas construida­s por la SAG para cosechar agua hubieran servido, los agricultor­es hubieran tenido una capacidad de captación de agua de 3,839,993.39 metros cúbicos.

Con esta cantidad de agua, los productore­s habrían podido regar, según los registros de la misma SAG, 3,016.14 manzanas, benefician­do a 3,596 familias, sin embargo ni la misma Secretaría de Agricultur­a y Ganadería sabe la verdadera situación en que se encuentran tales estanques y el impacto en los beneficiar­ios

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 ??  ?? (1) El agricultor Nelson Gustavo Miralda muestra el agujero que le construyer­on en su propiedad. (2) En Santa Ana, siempre en San Francisco de la Paz, Olancho, se construyó otra cosechador­a de agua que tampoco sirvió.
(1) El agricultor Nelson Gustavo Miralda muestra el agujero que le construyer­on en su propiedad. (2) En Santa Ana, siempre en San Francisco de la Paz, Olancho, se construyó otra cosechador­a de agua que tampoco sirvió.

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