“Eso es un cucarachero, ahí van a salir jates, alacranes y culebras”
“Eso es un cucarachero, ahí van a salir jates, alacranes, culebras y todo”, aseguró Silvio Larios, director ejecutivo de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico), al referirse al proyecto de cosechadoras de agua de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG).
Explicó que los contratos usados para otorgar los trabajos a las empresas no son nada específicos y los dejaron abiertos a un montón de cosas.
Como no se colocaron especificaciones en los contratos es bien difícil agarrar y medir y como solo se pusieron horas tractor se prestaron para su manipulación, y “al final, pues felices los tres: supervisor, contratista y funcionario”. “Esos contratos fueron hechos de esa manera para llenarse de billetíos las bolsas, al final nadie está diciendo, nadie habla si están funcionando o no”, reclamó.
Insistió que otra cosa es que “le dan el contrato a una persona y esta subcontrata el equipo de los alcaldes o de los funcionarios de la zona, eso es una corrupción escondida, camisiada. No le dan el contrato al funcionario porque se ve feo, sino que se lo dan a otro para que este subcontrate, entonces, las horas le ponen lo que sea, tal vez solo son cien horas y facilito le pueden meter dos mil horas. Y nadie sabe cuántas horas se trabajaron porque nadie supervisa, nadie da razón”.
Según el representante de la Cámara de la Construcción, el nivel de corrupción en esto de las cosechadoras alcanzó a los altos niveles del poder, incluso había un narcotraficante que decía quién se llevaba qué. “To
“La construcción de una cosechadora no se trata de remover tierra”.
Silvio Larios Chico
dos estos proyectos políticos tienen su fin oscuro”, añadió.
Según su conocimiento, estos proyectos comienzan sin una planificación, sin una justificación y sin conocerse el impacto en la zona y en la economía. “Estos tipos empiezan haciendo esas licitaciones de manera amañada, no hay transparencia, no la informan. De repente aparecen las empresas ejecutando los proyectos y así como comenzaron terminaron y cuando uno se da cuenta ya lo pagaron o tal vez les cancelaron antes de que terminaran la obra, otros antes de que empezaran”.
La construcción de una cosechadora no se trata de remover tierra, ahí se confunde la gente, también se necesita ingeniería, “lo que han creado es un solo espagueti que no se sabe dónde comienza y dónde termina”, señaló Larios.
A su criterio, muchas instituciones no utilizan el personal técnico ideal. En algunos casos además de la información técnica generada en estudio y diseño está el factor político, ya que estos siempre andan detrás del dinero preguntando ¿con cuánto me voy a quedar yo? Si no ahí está el caso Pandora, recordó.
Cómo cámara, sostuvo, se basan siempre en la legalidad. Hay un artículo en la Ley de Contratación del Estado que manda que todos los proyectos del gobierno se deben reportar en la Cámara de la Construcción, “pero muchas de las instituciones no lo hacen porque prefieren tener la información escondida, al final el mal olor siempre sale al ambiente”. A la vista está que algo malo sucedió ahí, manifestó