¡Basta ya de violencia!
Los niveles de violencia reflejados el fin de semana en los alrededores del Estadio Nacional previo al juego entre los equipos Olimpia y Motagua deben llamar a la reflexión a los hondureños, sin importar sus banderas políticas y clases sociales.
Las autoridades tienen que actuar rápidamente para encontrar y poner a disposición de los tribunales competentes a los responsables de los hechos aberrantes sucedidos.
No podemos permitirnos volver a ser testigos de la manera inhumana en que se le quita la vida a personas solamente por vestir la camiseta del equipo contrario.
Pero hay otro tipo de violencia que también debemos frenar.
Por ejemplo, no se debe permitir que se agreda a otros por no profesar la misma ideología.
Pero nunca olvidar que hay otros generadores de violencia que también deben ser atacados de inmediato, como la impunidad en los casos de corrupción pública que se denuncian desde diversos sectores.
Los organismos impartidores de justicia tienen que asumir su rol y actuar con celeridad al momento de aplicar las leyes de la República.
Los pactos políticos bajo la mesa para favorecer a personas y agrupaciones políticas deben ser desechadas del ejercicio diario de la política y los políticos.
La transparencia debe ser un eje transversal en el ejercicio diario de la administración pública y de la actividad política.
La escuela y la familia deben retomar la enseñanza de los valores cívicos y morales y fomentar el respeto al prójimo y a la constitución y las leyes. Deben ser los impulsores de una cultura de paz que siente las bases de una sociedad en la que prevalezca el respeto a la persona humana.
Y hay que actuar ya. Los buenos hijos e hijas de Honduras estamos obligados a actuar responsablemente. No hacerlo empujará el país a un abismo