Polvo blanco
Presidente de Artículo 19 Honduras. Asociación de Educación y Protección del Consumidor y el Usuario
No se alarmen, no voy a hablar de drogas. Al menos no del polvo blanco que entra ilegalmente a Estados Unidos y que tanto daño hace a una buena parte de la población norteamericana, sino del polvo blanco que sale de Estados Unidos a Honduras de manera legal y con mucho potencial de causar daño. Me refiero a la leche en polvo o leche deshidratada.
Hace unos días participé en la
Mesa de la Leche, que congrega a organismos como la SAG, Aproleche, Cahle, SDE y asociaciones de consumidores, entre otros. La reunión era para negociar la importación por parte de la industria de una importante cantidad de toneladas de leche en polvo desde los Estados Unidos amparados en el TLC. Todo iba sobre ruedas al aprobarse la importación del mentado polvo blanco hasta que pocas horas después llegó a nuestras manos el reciente reportaje del diario mexicano Reporte Índigo llamado “Invadidos y olvidados”, que en una de sus partes alertaba: “La importación de leche en polvo nos tiene en jaque a los productores. Mientras nosotros solamente tenemos un tipo de leche, ellos (los norteamericanos) tienen cuatro tipos de comercialización: La leche clase 1 es la leche fluida, la leche clase
La denuncia de los productores mexicanos preocupa, porque el encanto de los bajos precios motivados por la sobreproducción de las grandes compañías norteamericanas ha generado un efecto nocivo en los precios al productor y tiene la capacidad de hacer lo mismo en nuestro país”.
2 es la que utilizan para el yogurt, la leche clase 3 es la que utilizan para el queso y la clase 4 que es su excedente, es la que mandan a secar”.
Continúa el informe: “Las leches que exportan muchas veces son las quemadas. Por calentamiento la leche no puede ir para consumo humano, sin embargo, entra como para consumo humano. No está a ojos ocultos. Además de ser un producto excedente, es la que está próxima a caducar y que Estados Unidos no vuelve a hidratar para convertirla en leche fluida”.
La denuncia de los productores mexicanos preocupa, porque el encanto de los bajos precios motivados por la sobreproducción de las grandes compañías norteamericanas ha generado un efecto nocivo en los precios al productor y tiene la capacidad de hacer lo mismo en nuestro país. Las dudas surgen y las preguntas no se hacen esperar: ¿Existen regulaciones a la importación de leche en polvo? ¿A qué empresa se está comprando? ¿Está por vencerse el producto? ¿Una producción nacional diaria de 1.5 millones de litros no atiende la demanda interna? ¿Qué va a pasar con los productores cuando las importaciones sigan creciendo?
Debemos ser más agresivos e intencionales en la protección del sector productivo nacional para asegurar el abastecimiento interno de leche y que estos reciban precios justos y competitivos todo el año. No nos gustaría terminar bebiendo leche reconstituida de por vida porque los productores cerraron sus granjas para entrarle al rentable negocio de los políticos hondureños de exportar polvo blanco en lugar de importarlo