Acreditar la Educación Policial en Honduras
La búsqueda por el mejoramiento de la calidad de la educación universitaria no es un tema reciente ni poco significativo. En la literatura especializada se afirma que, en las universidades europeas, ha habido dos tradiciones relacionadas con la calidad de la educación: la tradición universitaria inglesa y la tradición francesa. Son los dos referentes de la calidad de las universidades latinoamericanas y de la actual certificación de esa calidad. En el caso latinoamericano se han desarrollado experiencias importantes que combinan ambas lógicas de certificación de la calidad de las universidades. En el caso hondureño, como parte de la transformación de la institución policial, se ha desarrollado un proceso de certificación de los funcionarios policiales. Ahora se quiere pasar a un proceso de acreditación institucional y posteriormente de procesos policiales. Ambas dimensiones pueden permitir la configuración de una nueva identidad profesional policial. Como parte de este proceso de rediseño y transformación institucional, la Policía Nacional de Honduras forma parte de la Red de Internacionalización Educativa Policial (RINEP). Justamente se trata de la articulación de esfuerzos, experiencias y alternativas pedagógicas que buscan mejorar los diversos sistemas de educación policial de nuestra región. Esta red tiene una cobertura regional y su impacto es significativo en varios campos de la educación policial.
En este sentido, la Red Internacional Educativa Policial tiene como un órgano especializado al SIACEP. Este es el encargado de dar cuenta de la calidad de los sistemas educativos policiales. En nuestro caso, hay que resaltar que el Sistema de Educación Policial hondureño será el primer Sistema de Educación Policial acreditado en América Latina.
Se puede afirmar que la Policía Nacional de Honduras es pionera al someterse a una evaluación y acreditación internacional de su Sistema de Educación Policial.
En el contexto hondureño, el Sistema de Educación Policial adquiere ciertas características particulares: i) en primer lugar es un sistema educativo dentro de otro sistema educativo; ii) en segundo lugar, es un sistema que se ha desarrollado con fuerzas endógenas y poco permeables por el resto de instituciones nacionales y extranjeras; iii) en tercer lugar, con la gestión del ministro de Seguridad, general Julián Pacheco Tinoco, se ha dado un cambio en el rumbo de la dimensión educativa de la Policía Nacional de Honduras; iv) este último aspecto, ha generado que el Sistema de Educación Policial pretenda hacer un ejercicio en donde los muros físicos y simbólicos den paso a la mirada de otras instituciones y actores tanto nacionales como internacionales.
Este proceso tiene cuatro rasgos principales: el primero tiene que ver con que la Policía Nacional de Honduras reconoce que su Sistema de Educación Policial (como todos los sistemas educativos), tiene algunos problemas. Estos problemas se pueden identificar mediante un proceso de autoevaluación institucional.
El segundo, que toda institución que quiere mejorar debe diseñar y desarrollar diversos planes de mejoramiento. Estos planes necesitan el acompañamiento de expertos externos.
El tercero, que someterse a un proceso de acreditación internacional con especialistas del campo policial, con formación diversa y con un desarrollo organizativo diferente, es una estrategia de política educativa que se debe reconocer de forma significativa.
El cuarto, nunca antes un ministro de Seguridad y una cúpula policial permitieron que “agentes externos” evaluaran su Sistema de Educación Policial. Este aspecto representa no solamente una práctica de transparencia institucional, sino, un compromiso con el mejoramiento de la calidad de la educación que brinda. Este fenómeno de política pública marca un nuevo rumbo tanto de la educación policial hondureña como de la política de seguridad de nuestro país.
Hay que hacer dos aclaraciones necesarias: la primera, la acreditación es una forma de dar cuenta de la calidad de la educación que brindan las instituciones de educación policial. Da cuenta de la calidad de los procesos educativos. El desafío de someterse a una rigurosa evaluación es lo que le da mayor valor a esta iniciativa de la Secretaría de Seguridad de Honduras. La segunda -y la más importante-, la acreditación debe verse como un dispositivo para la mejora continua. Uno puede acreditar su situación actual frente a un modelo determinado, pero ese modelo debe hacer cambiar a las instituciones como parte del proceso de mejoramiento.
En otras palabras, la acreditación del Sistema de Educación Policial debe ser una herramienta poderosa para mostrarse al mundo y para mejorar internamente. Acreditarse es un paso significativo y requiere un reconocimiento público. Que la acreditación sea una herramienta significativa para institucionalizar la cultura del mejoramiento de la educación policial hondureña, es un desafío importante. Justamente hay que reconocer la apuesta a la mejora continua que puede permitir el proceso de acreditación. Ese es el verdadero desafío de acreditar la Educación Policial de Honduras. De lo contrario, solamente será una experiencia más con pocas posibilidades de trascender en un mundo competitivo, globalizado y cada vez más transparente. La acreditación puede ser un arma poderosa para mejorar la formación de los actuales y futuros policías. Pero al mismo tiempo, la acreditación puede legitimar más de lo mismo. Ese dilema puede desaparecer con un proceso transparente, honesto y democrático. Esa es la apuesta
Como parte de la transformación de la institución policial, se ha desarrollado un proceso de certificación de los funcionarios policiales”.