Diario El Heraldo

Agónica espera de retiro de cuerpos en la morgue de SPS

Entre gritos y llanto familiares aguardaban la entrega de los restos mortales de sus deudos. La mayoría de los fallecidos esperaban reunirse con los suyos en Navidad

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La última vez que Yurani Rosales se comunicó con su esposo Willians Randolfo Romero Soto fue a las 3:37 PM a través de una videollama­da. El privado de libertad, una de las 18 víctimas de la matanza que ocurrió la noche del viernes en el centro penal de Tela, Atlántida, estaba contento porque en Navidad abrazaría a su hija de dos años.

La mujer es una de las decenas de familiares de los reos asesinados dentro de la cárcel que ayer aguardaban desesperad­os fuera de la Dirección de Medicina Forense de San Pedro Sula para que les entregaran el cuerpo de su ser querido y darle cristiana sepultura.

Yurani narró entre lágrimas que su compañero de hogar tenía dos años de estar preso, acusado de los delitos de portación ilegal de arma y robo. En marzo de 2020 iría a juicio. “Como el trámite para obtener un carné de visita lleva tiempo no lo mirábamos desde hace tres meses”, dijo la mujer con los ojos llenos de lágrimas.

Mientras, a su lado, en una fría banca de cemento, otros familiares esperaban que los vehículos de la morgue, que salieron de la ciudad de Tela, llegaran con los cuerpos.

Los primeros siete cadáveres ingresaron a Medicina Forense a eso de las 10:00 de la mañana. Apenas se estacionó el vehículo y los parientes se acercaron con la esperanza de que fueran los de sus seres queridos.

El llanto y los rostros de desesperac­ión iban en aumento a medida que pasaban las horas. Pero el trámite de identifica­ción era lento, primero había que comparar las huellas dactilares de los muertos con los padrones que enviaron las autoridade­s del Registro Nacional de las Personas (RNP).

“Venimos de Tela, mi hermano Santiago Zelaya Martínez era de allá y tenía tres meses de estar preso”, dijo una hermana de la víctima.

Primeras autopsias

El traslado de los 18 cuerpos de Tela a San Pedro Sula finalizó a las 3:00 de la tarde y la entrega de los primeros cuerpos de los privados a sus familiares comenzó ayer, tras más de 20 horas de labor forense.

Los familiares hicieron sentir sus quejas a las autoridade­s por la larga espera. La desesperac­ión se apoderó de todos.

La espera será larga para las familias de los privados de libertad. La mayoría ya había dispuesto reunirse el 24 de diciembre para celebrar la Navidad dentro del recinto carcelario, pues en esta fecha y en año nuevo no les piden muchos documentos.

“Me dijo: ‘Tráeme ropa y una gorra’, y ya se la tenía lista”, contó con tristeza una pariente de Jashuan Josué Chirinos Connor (de 20 años), uno de los fallecidos.

Sin condena

De los 18 privados de libertad que murieron, solo tres habían sido condenados. La mayoría estaban acusados por delitos de robo y portación ilegal de armas.

“Creíamos que estaba seguro recluido en el penal, pero mire lo que pasó, es una tragedia que la familia no se espera y menos para un hombre que tiene tres hijos pequeños”, detalló José Gómez, tío de Carlos Alberto Manzano Zelaya.

Según datos, Manzano Zelaya estaba recluido en el penal de Tela desde el 27 de febrero de 2018 y tenía programado su juicio para el 14 de enero de 2020 por el delito de tentativa de robo

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