Posicionar la cultura del respeto
En nuestro ambiente nacional se viene viendo y viviendo desde hace ya bastante tiempo un deterioro muy significativo de las prácticas cotidianas de la convivencia, lo cual no sólo enrarece las relaciones interpersonales de toda índole sino que contribuye notoriamente a que la inseguridad gane terreno de manera incontrolada. En los ámbitos familiares y educativos, la crisis de valores que está hoy prevaleciendo en el mundo se hace sentir de modo inocultable. La desintegración hogareña es un factor decisivo para que las cosas sean hoy lo que son en el plano de las conductas personales y sociales; y la mecanización del fenómeno educativo también opera como elemento que tiende a deshumanizar la formación en todos sus aspectos, y así se constata en forma reiterada.