FUE UN ATAQUE MILIMÉTRICO
Investigaciones Entes del Estado indagan si hombre vestido de agente encontrado sin vida en microbús pertenecía a las filas de la Policía Militar. Nadie da razón de los presuntos detenidos tras ataque
Violencia Cámaras dentro del Palacio de Justicia captan escenario de hombres armados con uniforme policial en una operación fríamente planificada. Subieron hasta el segundo nivel para llevarse a “El Porky”. Atacantes uniformados andaban armas de grueso calibre.
Horas después de transcurrido el sangriento ataque a la sede de justicia de El Progreso, Yoro, que dejó un saldo de cuatro agentes fallecidos, una de las líneas de investigación apunta a que en el hecho sin precedentes pudieron haber participado miembros activos de la Policía Militar del Orden Público (PMOP).
Este extremo está bajo investigación, según palabras del propio secretario de Seguridad, Julián Pacheco.
“Antes de emitir cualquier opinión, la Dirección Policial de Investigaciones está cotejando datos dactiloscópicos para corroborar y asegurarnos de quién verdaderamente se trata esta persona que fue encontrada muerta en este autobús”, aseveró el funcionario.
El comandante de la PMOP, coronel Willy Oseguera, al consultarle si descartaba la participación de miembros de las fuerzas del Estado en el hecho, reconoció que “no tengo la capacidad de hacerle esa aseveración o negación; estamos analizando los conceptos de empleo que ellos hicieron en ese asesinato”.
Oseguera expresó que “en su momento vamos a determinar si las personas que estaban allí tenían o no algún tipo de adiestramiento de algunas instituciones del Estado”.
Esto después de que fuera encontrado dentro de un microbús color rojo, el cuerpo sin vida de Rossel Bladimir Gámez Caballero, presuntamente un agente asignado a un destacamento de la PMOP, en el sector de Chamelecón, de San Pedro Sula, extremo que fue rotundamente negado por esta institución armada. Este hallazgo se dio horas después del ataque a la sede judicial, en la colonia 18 de Septiembre, de El Progreso.
La estrategia del asalto
La cita estaba prevista y para eso se prepararon. Un lanzagranadas, 35 fusiles de asalto y 32 chalecos antibalas fueron parte de la logística; los insumos armamentistas que la Mara Salvatrucha (MS-13) utilizó para poder liberar a uno de su máximos cabecillas.
Alexander Mendoza, más conocido dentro de la MS-13 con el mote de “El Porky”, fue liberado a punta de balas, en un asalto a la sede del Juzgado de Letras Penal de El Progreso, en el departamento de Yoro, empleando métodos similares a los de fuerzas militares o policiales.
Tanto la operación de recuperación del peligroso convicto como la escapada de la zona de conflicto fue una estrategia muy bien planificada para huir sin ser detenidos en su escapatoria. Sin embargo, la Policía Nacional reportó la captura de cinco personas que estarían vinculadas con este hecho, pero en ningún momento dieron detalles de quiénes se trataban y si ya fueron remitidos a los tribunales correspondientes.
En primera instancia se dijo que dos de los detenidos habían sido aprehendidos en el hospital público de El Progreso, lugar al que habrían llegado buscando ayuda médica al salir heridos en el tiroteo. De ellos tampoco nadie da razón de su paradero.
Nunca lo imaginaron
Ese día, como de costumbre los únicos dos guardias que custodiaban el edificio del Poder Judicial de El Progreso, no sospecharon de que el grupo de hombres que ingresaba a dicha sede eran sicarios y no agentes de FNAMP y de la PMOP.
El grupo armado llegó en seis vehículos, entre ellos una
patrulla color verde olivo, con el membrete de Batallón PMOP y con el número de registro 6544, idéntico a las patrullas de la Policía Militar.
Los hombres estacionaron sus vehículos y comenzaron a montar un cerco de custodia frente al edificio judicial, mientras otro grupo se preparaba para entrar al Juzgado. Mientras un grupo de hombres vestidos con uniformes de la FNAMP y la PMOP daban seguridad frente al edificio, otros sacaron a un supuesto capturado y lo llevaron para el interior del juzgado. Un abogado comentó que estaba en el juzgado de ejecución, en la primera planta del juzgado, cuando alguien mencionó que había unos carros sospechosos afuera y que querían rescatar al que estaba arriba, refiriéndose al reo que estaba en la segunda planta.
El que estaba en el segundo nivel de los Juzgados era Alexander Mendoza, quien estaba custodiado por al menos cinco policías militares.
El cabecilla de la MS-13 iba a ingresar al despacho del juez a una audiencia, para responder por los cargos de un delito de asesinato ocurrido en el 2015, en El Progreso.
Minutos después se suscitó la nutrida balacera que dejó una escena de sangre e histeria colectiva.
Un arsenal decomisado
Apenas unos minutos después de rescatar al cabecilla de la MS-13, los antisociales y “El Porky” se dirigieron a una casa del barrio Pénjamo, donde abandonaron las armas y la indumentaria policial y se cambiaron de ropa.
Unos tres minutos les tomó desplazarse desde los juzgados a la casa. En la inspección se encontró la vestimenta que usó el falso testigo protegido para entrar a los juzgados.
El seguimiento policial y militar provocó que los gatilleros dejaran abandonados cinco vehículos que habrían usado para cometer el asalto. Dos automotores fueron encontrados en la colonia Sitraterco, la patrulla color verde y un Mitsubishi Sportero, color gris.
Asimismo, en la colonia Bendeck estaba un microbús color azul, en el barrio El Barro dejaron otro microbús color blanco, tipo vans, lleno de uniformes militares.
Y en la colonia 18 de Septiembre las autoridades ubicaron un microbús color rojo, en el que en su interior estaba muerto Rossel Gámez, en medio de un arsenal de armas y pertrechos militares. Ayer, los Juzgados de El Progreso estaban abarrotados de efectivos militares y policiales y, en ellos aún visibles las huellas que quedaron en las paredes producto de los potentes disparos de la refriega, así como la sangre derramada por los oficiales. El gobierno de la República mantiene en pie la recompensa de dos millones de lempiras para quienes brinden información fidedigna del paradero de “El Porky”