Líbranos de todo mal
A lo largo de mis 55 años de vida he notado que las personas que fuimos formados y educados en colegios católicos como el Instituto San Francisco de Comayagüela, como fue mi caso, tenemos la tendencia a ser más compresivos y pacientes ante las diferentes situaciones adversas de la vida o con aquellas personas que nos agreden de una u otra forma, sobre todo si estas padecen algún tipo de trastorno mental. A mis compañeros de colegio y a mí, desde niños, nos inculcaron aquella oración de San Francisco de Asís que dice: “Dios, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, dame el coraje para cambiar las que sí puedo y sabiduría para entender la diferencia que hay entre ellos”.
En esta crisis que actualmente vivimos con motivo de la pandemia del coronavirus vale la pena recurrir a esas enseñanzas que nos adoctrinaron y poner la fe que tenemos en Dios primero. En este espacio en un período de 10 años he publicado temas de diferentes áreas como política, prevención en salud, cine, deportes, leyes, religión, personajes nacionales e internacionales, etc. Es decir que hemos sido versátiles, breves y, en lo posible, interesantes en nuestro contenido. Pero hoy quiero aprovechar para compartir aquí, con motivo de la Semana Santa y dada las circunstancias que atraviesa el planeta, la oración que Jesucristo nos enseñó para pedirle a nuestro creador con fe cuando lo necesitamos: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. El padrenuestro es considerado la oración cristiana común por excelencia. Al levantarse y antes de dormir no olviden el poder que tiene la oración, que es el poder que puede cambiar el curso de la historia, de hombres y mujeres que creen en Cristo. Dennis Espinal
COMUNICADOR SOCIAL