Políticos y periodistas
En nuestro país algunos políticos que desde jóvenes bregan en la actividad política y que hoy ya pintan canas, han perdido el pelo pero no las mañas. Una vez más demuestran que en dupla son más imprudentes, insensibles y adrede ignorantes de la ley. Ni siquiera el Consejo Nacional Electoral ha realizado la convocatoria oficial a elecciones internas en marzo del 2021 y ya están dándole circo a la población que se encuentra pasando un trago amargo con esta pandemia mundial. Estos actos públicos demuestran que siempre les importó un bledo Honduras y su gente, además que evidentemente viven en otro planeta, pues creen que la población tiene un buen concepto de ellos luego de haber sido regidores, alcaldes, designados presidenciales, diputados o presidentes de poderes del Estado en donde han demostrado ser poco creativos y eficientes en las tareas encomendadas o de criterio independiente. Por el contrario, han sido mediocres y serviles, por supuesto también cogobernantes de la administración pública más impopular de la historia política moderna y acusada internacionalmente por nuestro principal aliado de tener nexos con sectores involucrados en actividades ilícitas, lo que los tiene según la más reciente encuesta de Paradigma en el último lugar en popularidad. Aun así en su distorsionada realidad piensan que el pueblo les necesita urgentemente para que “continúen” gobernando en cargos que son figurines y con pesar manifiestan que se “sacrifican por los intereses de Honduras y deponen sus aspiraciones”. La insensibilidad de estos personajes es tal que ofenden al pueblo abordando temas en público que solo les interesa a ellos y a nadie más. O quizás tal vez a un par de periodistas imprudentes y avaros que se lamen los bigotes al saber que el presidente del congreso viene forrado de billete de las arcas del Estado y quien sabe de dónde más a repartir a manos llenas a políticos y periodistas que en medio de la pandemia siguen en la movida. Que el pueblo los castigue en las urnas y en los ratings de audiencia. Ya nos tienen hasta la coronilla. ¡Felicidades a los periodistas no vendidos en su día!