Uclés: Lo que ocurrió en la cárcel es macabro, diabólico
El doctor Javier Uclés, especialista en psiquiatría, considera que las mujeres que son miembros de la Pandilla 18 y responsables de haber asesinado con saña a seis integrantes de la Mara Salvatrucha (MS-13) en el interior de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) “presentan trastornos emocionales o estaban bajo los efectos de las drogas y el alcohol”.
“Eso que ocurrió en la cárcel de mujeres es una cosa macabra, diabólica y satánica, porque se percibe que las asesinaron con odio, rabia y amargura”, detalló Uclés.
“Es por eso que podemos deducir que quienes cometieron el múltiple crimen andaban bajo los efectos de alguna droga”, recalcó.
El psiquiatra considera que este tipo de hechos también genera pánico entre las personas que están recluidas en los alrededores y van a quedar con trastornos postraumáticos y van a sentir miedo de que les pueda suceder algo similar
Comienza el fuego
El fuego inició a las 10:00 de la noche en la celda de Evelyn Aguilar, pero luego se pasó al dormitorio de una agente penitenciaria, lo que encendió rápidamente las alarmas del centro penal femenino.
En ese momento, las simpatizantes de la Pandilla 18, internas en los módulos 5 y 7, rompieron los candados de los portones principales de sus celdas y salieron con rumbo al gimnasio, donde estaban albergadas seis reclusas.
Estas fueron alojadas en esa zona debido a que eran de reciente ingreso y por evitar un contagio de Covid-19 les acondicionaron el área del gimnasio para que cumplieran la cuarentena.
En ese momento inició un combate desigual. Pandilleras de la 18 comenzaron a apuñalar a cinco de las allí internas, miembros de la MS-13, cuatro de ellas habían ingresado a esa cárcel el jueves 21 de mayo y una más el 22 de mayo.
La sexta reclusa, a quien no atacaron, estaba aislada en ese sitio por padecer de tuberculosis.
El desenfrenado ataque fue algo sanguinario. Con punzones y puñales, las pesas del gimnasio, cables y varillas de hierro, las de la Pandilla 18 atacaron sin ningún pudor a las de la mara MS-13 hasta matarlas.
Las cinco mujeres, que aún estaban despiertas, intentaron defenderse pero fue imposible. Con tan sólo unos días en la PNFAS no habían tenido la oportunidad de hacerse de sus armas, tal y como las otras convictas.
El bullicio causado por el conato de incendio mantuvo ocupadas a las agentes penitenciarias y a las miembros femeninas de la Policía Nacional que permanecen en el centro, cuestión que fue aprovechada por las pandilleras.
A las 11:30 de la noche, ya extinguido el incendio, el personal del PNFAS, apoyado con otras unidades de la Policía y de la Academia Nacional Penitenciaria, realizaron una inspección en el gimnasio, encontrándose con la sangrienta escena.
De igual manera, las de la Pandilla 18 ingresaron al módulo de Casa Cuna, donde están las mujeres que tienen a sus hijos viviendo con ellas y sacaron de allí a Karla Yoselin Vallecillo Mejía y a Patricia Nicolle Velásquez Zelaya.
A estas las asesinaron y posteriormente fueron encontradas en el hogar I, donde están las presas sentenciadas.
Estranguladas
La mayoría de ellas fueron estranguladas, para esto les hicieron torniquetes con palos de escobas y cables de electricidad, además, les lanzaron las pesas del gimnasio sobre sus rostros.
Ayer, después de lo suscitado en la PNFAS, las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) decidieron aumentar el número de agentes policiales dentro del penal.
Este penal cuenta con el resguardo de diez agentes penitenciarias, pero en su mayoría son agentes de la Policía Nacional, desde el año anterior cuando este centro fue intervenido.
EL HERALDO consultó a la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) sobre el avance de las averiguaciones, pero sólo se informó que se está a la espera del cierre de las investigaciones.
Sobre las medidas de prevención, el INP dijo al respecto que las integrantes de la Pandillas 18 y de la Mara Salvatrucha tienen horarios diferenciados de las salidas de sus celdas a los patios, para evitar peleas, condición que seguirá igual.
En las investigaciones también participan agentes de la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol), encargados de indagar si el ataque inicial de la integrante de la MS-13 habría sido una directriz llegada desde afuera de la cárcel.
Gilda Yaneth Ruiz, alias “La Kitty”, Lizeth Abigaíl Moreno Carranza, apodada “La Cata” y Wendy Yolanda Salinas Álvarez, conocido con el mote de “La Demonia”, fueron capturadas el martes 19 de mayo en el barrio La Hoya, de la capital, junto a Dagoberto López, “El Siniestro”.
En ese momento les decomisaron 13,029 lempiras, una pistola calibre 9 mm, proyectiles de distintos calibres y envoltorios con cocaína, marihuana y crack.
Entre tanto, Margarita Gómez fue aprehendida el martes 19 de mayo por la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), en el centro de la capital en compañía de dos presuntos mareros más de la MS-13.
De las otras dos fallecidas, Karla Vallecillo reingresó a la PNFAS el 12 de diciembre del 2017 y Patricia Velásquez ingresó el 25 de febrero del presente año.
Hasta ayer no se tenían identificadas con nombres y apellidos a las autoras materiales de la masacre dentro de la PNFAS