“Gracias a Dios logré salir de esto”
Carolina Bocanegra, de 37 años, es una de las hondureñas en el extranjero que se infectó con Covid-19. Padeció esta enfermedad durante siete semanas. Ella es originaria de Tegucigalpa, pero reside junto a su familia hace 12 años en Lucerna, Suiza, y se dedica a la fotografía. “Me preparé, fui de las primeras en comprar reserva de comida y otros insumos, porque tengo dos niños pequeños y las pedí por internet para no ir al supermercado, evité salir bastante porque tomé en serio la situación, además que soy asmática, entonces supuse que ese virus no iba a ser algo leve para mí”, comentó a EL HERALDO la compatriota. Bocanegra comentó que su hijo de dos años presentó tos y estaba agripado, y le salió una erupción en la piel, pero no sospecharon que era Covid-19. “A los días yo empecé a sentir dolor de garganta, como una sensación de sequedad, me empezó un poco de asma que ya la tenía inactiva y un poco de tos seca, luego sentí dolor de cabeza, de articulaciones y me dio escalofríos”, describió. Luego empezó la falta de aire y comenzó a empeorar, buscó atención médica y mediante una prueba PCR le confirmaron que era positiva al Covid-19 y ella se asustó. “Yo sentía que me estaba ahogando, como que tenía una bolsa plástica en la cabeza y cuando me acostaba sentía opresión en el pecho, estaba muy débil”, recordó. Al estar expuesta al sol le salió una alergia rojiza en las piernas, era una inflamación de vasos capilares por el virus. A los días se puso en contacto por teléfono con el especialista hondureño Cándido Mejía y él le ofreció el tratamiento de antiinflamatorio y anticoagulante para evitar complicaciones, lo que resultó efectivo y se recuperó de la enfermedad, así como de la alergia en las piernas. “Me ayudó mucho seguir las recomendaciones del doctor Cándido Mejía para recuperarme y ya estoy bien, Gracias a Dios pude salir de esto y no ocupé respirador (artificial)”, afirmó la joven