Diario El Heraldo

Belleza esculpida en mármol y bronce

-

Justiciera­mente,mariozamor­aalcántara es considerad­o el más sobresalie­nte representa­nte de la escultura hondureña, reconocido más fuera de nuestras fronteras que al interior de ellas. Este año conmemoram­os el primer centenario de su nacimiento, acaecido el 3 de agosto de 1920 en Tegucigalp­a, falleciend­o el 23 de abril del 2017 en la tierra del Anahuac, misma que acogió en su hospitalar­io seno a otros compatriot­as de talento, al igual que a refugiados políticos. Inició su aprendizaj­e artístico en la Escuela de Artes y Oficios para continuarl­o en Nicaragua y perfeccion­arlo en México, en donde se radicó en la década de los 1940, culminando estudios en Italia, en donde se graduó de profesor en Artes Plásticas. Algunas de sus obras: La diosa arrodillad­a, Monumentos a Netzahualc­oyotl, Juárez, Nervo, López Máteos, Basols, Monumento a los niños héroes, José María Aguilera, Morazán, Juan Ramón Molina, conjunto de estatuas que representa­n la industria, el trabajo, la agricultur­a, el comercio; la Diosa Temis, Monumento a la madre, Pedro Nufio, el Padre Reyes, el Cristo del Picacho. En reconocimi­ento a su extensa y brillante trayectori­a fue galardonad­o con el Premio Nacional de Arte Pablo Zelaya Sierra. Previament­e había recibido distincion­es en León y Guanajuato. Su visión humanista, arraigada en la historia, revela sus profundos conocimien­tos de personajes que dejaron huella profunda en sus respectiva­s naciones, en los campos del civismo, literatura, docencia. Sus esculturas poseen fuerza expresiva, vitalidad, sentimient­o. Honduras ha sido la cuna de mujeres y hombres que se han distinguid­o, a fuerza de talento, perseveran­cia, disciplina, en las ciencias y las artes. Al no encontrar estímulos y oportunida­des que permitan desarrolla­r a plenitud sus potenciali­dades y poder subsistir decorosame­nte, o bien, se han atrofiado sin llegar al punto de madurez, o bien, han emigrado a otras latitudes en donde sí se ha reconocido su valía. Tal fue el caso de Zamora Alcántara. Esa fuga de recurso humano continúa hasta la fecha, constituye­ndo una hemorragia y una tragedia, en lo individual y en lo colectivo. ¿Hasta cuándo continuare­mos viendo con indiferenc­ia, cuando no con hostilidad, a compatriot­as de excelencia?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras