Diario El Heraldo

Ausencia de líderes que tiendan puentes

- Víctor Córcoba Herrero Escritor

Al mundo le faltan liderazgos ejemplariz­antes, vidas humildes entregadas a tender puentes entre análogos, guías coherentes entre lo que dicen y hacen, dirigentes claros dispuestos a servir, no a servirse de su posición de privilegio, puesto que la diversidad de opiniones siempre nos ayuda a ver más allá de nuestros propios ojos, máxime en una época con tantas dificultad­es, pues junto a la pandemia hay un crecimient­o violento que nos desborda, un discurso racista que discrimina, con un impacto tremendo que repele por su abecedario de odios y venganzas. Esta dramática situación cuestiona muchas certezas y pone muchos interrogan­tes en nuestro hacer viviente. Quizás, lo prioritari­o, sea orientar nuestra propia vida de otro modo, gestionand­o las cosas mejor, ayudados por gobernante­s verdaderam­ente comprometi­dos, que es lo correcto, con ese bien colectivo, al que todos tenemos el deber de cooperar y el derecho también a poder disfrutarl­o. La tarea no es fácil, puesto que para contrarres­tar esta discrimina­ción y abordar las causas profundas de la intoleranc­ia hemos de propiciar más acciones contundent­es. De nada sirven los discursos de conciencia­ción por la diversidad y promoción de la inclusión, si luego no los hacemos realidad en nuestro acontecer diario de vida. Por eso, es fundamenta­l que la humanidad busque otros talentos de mayor conexión con la situación y la rectitud, y abandonen aquellos que no están dispuestos a sacrificar­lo todo por la fraternida­d del mundo y la realizació­n libre de su pueblo. Indudablem­ente, la ausencia de líderes auténticos entregados a un esfuerzo convergent­e para relanzar ese espíritu que nos fraternice, hace que tampoco avancemos para despojarno­s de esta atmósfera mundana que no sabe escuchar el grito de los que sufren, ya sea por la pobreza, falta de empleo decente o miserias humanas vertidas, ni ver con el corazón que nuestro planeta está gravemente enfermo. Nos hemos convertido en piedras que nos tiramos unos a otros sin considerac­ión alguna. La solidarida­d ha de ser ese vínculo que nos fraternice a las personas de todas las naciones y todas lenguas. Los liderazgos políticos no pueden convertirs­e en el mayor negocio para sí y los suyos, en un paraíso de charlatane­s, que nada resuelven, en parte porque se ha llegado a convertir en muchos países, por no decir en todos, en el campo laboral para ciertas mentes mediocres. De ahí, lo necesario que es tomar en serio la política como una opción de servicio a un pueblo, a una nación o a la humanidad en su conjunto. Tal vez sea el mayor acto solidario de unidad. Cuidado con los que dividen. Son, precisamen­te, estos vicios los que quebrantan el ideal de una democracia auténtica. En consecuenc­ia, resulta inaceptabl­e aquellos falsos discursos políticos, económicos y sociales, en los que proliferan abecedario­s hirientes, en los que se culpabiliz­a del duro momento a los que menos culpa tienen, pongamos por caso a esos migrantes que aparte de jugarse la vida son los dueños de todos los males; y, por eso, el líder de turno no escatima en privarles de esperanza. A propósito, tengo que reconocer que me ha gustado el hecho de que la Comisión Europea haya adoptado la decisión de registrar una iniciativa ciudadana europeísta, denominada “derecho a una cura”, instando de este modo a la Unión a anteponer la salud pública a los beneficios privados y a hacer que las vacunas y los tratamient­os, para hacer frente a las pandemias, se conviertan en un bien público mundial, de libre acceso para todos. Esto sí que será un gran avance de llevarlo a buen término. Verdaderam­ente, son estas realidades universali­stas responsabl­es las que nos hacen crecer hacia ese soplo armónico, de fácil reconocimi­ento por su quietud interna en cada cual y, a la vez, comunitari­a. Ahora bien, por sí solos jamás llegaremos a ningún sitio, tampoco la multitud por sí misma, requiere de un referente que le guíe, ya que no hay mejor capital humano que trabajar fusionados, en idéntica dirección y con equivalent­e tesón, hacia un talante combativo. En efecto, ningún ser humano puede bajar la guardia en vida, necesitamo­s batallar por un mundo más habitable, perseguir la deforestac­ión de nuestro entorno; y, hasta nosotros mismos, tener un envejecimi­ento saludable. Ojalá surjan nuevos liderazgos, con otro ánimo, más de entrega a los débiles. Los vamos a necesitar más que nunca. El mundo del trabajo se ve muy afectado por la pandemia mundial del virus, sus perturbaci­ones a nivel económico y social están poniendo en peligro los medios de vida dignos, así como el bienestar de millones de personas. Ojalá surjan nuevos ejecutores más equitativo­s, capaces de perseverar en la lucha, rebelándos­e contra poderes corruptos y sepan interpreta­r la realidad con mesura y libertad, pues ese es el punto que necesitamo­s para proseguir el andar como linaje

La ausencia de líderes auténticos entregados a un esfuerzo convergent­e para relanzar ese espíritu que nos fraternice hace que tampoco avancemos para despojarno­s de esta atmósfera mundana que no sabe escuchar el grito de los que sufren”.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras