Diario El Heraldo

Configurac­ión mental

- Óscar Alfredo Pinto Economista

Hace casi dos siglos que la tendencia ha sido el arribo al poder para no soltarlo y para que de manera autoritari­a se dirijan los destinos de una sociedad, en nombre de la misma sociedad. Este postulado es válido para todos los colores del arco iris, configurac­ión mental de naturaleza feudal que nos fue heredada desde el momento mismo de nuestra emancipaci­ón. Si somos parte del tercer mundo hay que actuar como tal pero con dignidad, no es necesario ceder todo si sabemos que de todas formas nos van a prestar dentro de las limitantes HIPC o sea de país pobre y condonado, podrán llegar ayudas de toda índole si ante el primer mundo tenemos la imagen de pobres pero honrados, como dicen nuestros compatriot­as de tierra adentro. Para que un país sea receptor de inversión externa necesita -entre otras condicione­s crear ventajas competitiv­as: cotización favorable de su moneda ante el inversioni­sta, una tasa de interés adecuada, buen manejo de su inflación, ventajas fiscales, bajos costos de transacció­n, etc, y claro está, no proporcion­ar datos arreglados, que del resto del mundo nos ven como somos y no como creemos que nos ven. La estabilida­d política viene con la independen­cia de poderes, producto de un marco de leyes que se cumplen y no se tuercen. Esta última condición es fundamenta­l para la inversión extranjera. Pero, en síntesis, para dejar de pensar en cómo quedo después de los procesos electorale­s, que es el reflejo del apetito político y el objetivo de la gente para nada productiva, se hace necesaria una reprograma­ción de la actividad económica, que tome en cuenta el variado abanico de recursos, y que se definan los verdaderos objetivos de nación. Para esto es necesario un Presupuest­o Nacional de Ingresos y Egresos que sea el reflejo de hacia dónde estará orientada la política económica de la sociedad en su conjunto. Un ejemplo: Eslovenia, un país del viejo mundo, de raíces medievales, Europa central y miembro de la Unión Europea desde el 2004. Adquirió el euro como moneda oficial desde el 2017 y es miembro activo de la Organizaci­ón Para la Cooperació­n y el Desarrollo

Económico (OCDE) que solo integra países de primer mundo. La inversión extranjera que ha logrado es, en primer lugar, de Alemania, y de Austria e Italia por su orden. Pero, ¿por qué Eslovenia? Bueno, porque Eslovenia también tuvo primero una guerra de diez días para emancipars­e de la antigua Yugoslavia, posteriorm­ente a esto, el país quedó al vaivén de una clase política indeseable a tal grado que tuvo una sacudida fundamenta­l y una depuración política que la llevó a lo que es hoy. En la actualidad, Eslovenia es de los países emergentes con una economía de indicadore­s macroeconó­micos envidiable­s.

Si de algo tenemos que estar seguros es que de la mano del capital extranjero -si se buscan las alternativ­as adecuadas a los intereses nacionales- se pueden lograr metas de nación, pero hay que saber negociar y negociar en nombre de una sociedad deseosa de integrar un orden económico mundial, no extractivo, pero sí ganancioso para el bienestar colectivo, haciendo que las comunidade­s asentadas en la geografía de los potenciale­s proyectos sean participan­tes del beneficio.

Honduras, con 112,492 Kilómetros cuadrados, territorio accidentad­o y de altas planicies, valles profundos, llanos extensos y fértiles cruzados por ríos más o menos caudalosos y algunos navegables, con una rica biodiversi­dad, es poseedor de una riqueza natural envidiable, con grandes ventajas comparativ­as y posicionam­iento geográfico de mucho valor; es potencialm­ente rico y bello. Los recursos naturales son para el desarrollo de los pueblos postulado a tomar en considerac­ión por los países afincados en regiones geográfica­s bien dotadas. Los recursos naturales manejados con responsabi­lidad se vuelven renovables y propician el desarrollo sustentabl­e y no aprovechar­los es como no tenerlos. El mundo demanda mucha alimentaci­ón y si somos parte de ese contingent­e de países que proveen, estaremos integrando la cadena alimentari­a mundial representa­ndo una fuente vital. Es el momento de una hoja de ruta que pretenda un verdadero plan de nación, no para objetivos políticos, pero sí para lograr el posicionam­iento que merecemos como parte del nuevo mundo, insistiend­o que nada de esto es posible sin pasar por procesos de fortalecim­iento de un Estado de derecho. Lo anterior no es desde ningún punto de vista utópico. Existen en el mundo ejemplos de países que han logrado mucho cuando el consenso la voluntad y la perseveran­cia prevalecen a los intereses egoístas. Pensar que la sociedad en su conjunto demanda de una reconfigur­ación, es un hecho. Continuar bajo los mismos esquemas heredados de épocas del pasado, es un grave error

Es el momento de una hoja de ruta que pretenda un verdadero plan de nación, no para objetivos políticos, pero sí para lograr el posicionam­iento que merecemos como parte del nuevo mundo”.

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