Aprehensión
Es el acto de comprender algo sin afirmar ni negar nada de ello. Se puede decir que es el precomprensión, es en esencia inacabada y abierta a nuevos contenidos de sentido elaborados a partir de las cosas mismas; por ello, esta puede corregirse y profundizarse en el proceso. A su vez. Es aquí donde se manifiesta la “verdad” de lo que es el ser que trasciende en el proceso comunicativo que condiciona la historia misma. Es el proyectar de la existencia que se direcciona al horizonte de determinados puntos de vista, no hay una realidad eterna y fija. Este conocimiento se realiza o por un concepto que es el medio por el cual el espíritu capta la esencia. Aprehensión de realidad. Desde luego, no hay dudas de que la interpretación de los hechos se encuentra apoyada, paradójicamente, en la experiencia de la fundamentación. Para entender la diferencia hay que hacerse cargo de la experiencia. Experiencia en la que emerge la pregunta por el sentido del ser. Y en esta experiencia encontramos la desfundamentación, la nada. Existe siempre el peligro de confundir el concepto y la imagen, pues la imagen es necesaria al pensamiento, de modo que no hay pensamiento sin imagen.
No obstante, el concepto es distinto de la imagen, y no es fácil demostrarlo. Es un hecho que podemos concebir objetos de los que no podemos formar una imagen adecuada, no hay una imagen que esté ligada necesariamente a un concepto; dicho de otro modo, la idea es diferente a la imagen, pero puede ser una u otra la que sirve de base para la conceptualización. Por el contrario, un concepto está denotado por una palabra, entendemos que hay una “distancia” entre decir una palabra y utilizar una palabra para designar un concepto. El entramado de palabras-concepto es un instrumento gráficosemántico que presenta nodos ocupados por palabras, y relaciones entre los mismos, formando oraciones relacionadas tomadas lo más explícitamente posible a partir del texto que se pretende hacer la aprehensión.